Dinamarca es un pequeño país, unas 11 veces menor que España, que se ofrece como un destino tranquilo. Cuenta con unos 5.500.000 habitantes repartidos en sus más de 440 islas, aunque la mayoría de ellos (1.500.000 aprox.) viven en la capital, Copenhague. Salvo esta ciudad que tiene más ambiente y vida nocturna, el resto del país es de costumbres muy tranquilas. A veces demasiado.
Por lo general es un país bastante seguro. Moverse por él no presenta gran problema, ya que a su buena red de autopistas gratuitas y autovías hay que sumar un buen servicio público de autobuses y trenes que comunican las ciudades entre sí, además de un buen número de líneas de ferris que comunican entre sí las islas que componen Dinamarca.
Localización y principales zonas de Dinamarca
Dinamarca pertenece a Escandinavia y está situada entre el Mar del Norte y el Mar Báltico. Se compone de una península y 407 islas, de las cuales sólo 79 están habitadas, sumando entre todo un perímetro de 7.314 km de costas.
Geográficamente, el país se divide en las siguientes zonas: la península de Jutlandia y las dos grandes islas de Fiona y Selandia, además de otras islas medianas como son Vendsyssel-Thy, Lolandia y Burgundia, siendo ésta última la más alejada del territorio continental. A esto habría que añadir los dos territorios de ultramar: Groenlandia y las Islas Feroe, territorios independientes que también pertenecen al país aunque nos pillen bastante más lejos. Sin embargo, la organización político-administrativa divide a Dinamarca en cinco regiones: Jutlandia Central, Jutlandia Septentrional, Región Capital, Región de Selandia y Dinamarca Meridional.
Unida al continente europeo por el norte de Alemania se sitúa la península de Jutlandia, la parte más grande del país que se extiende a lo largo de 300 kilómetros desde la frontera con el país germánico. La ciudad más importante de esta península es Aarhus en el centro de la misma, seguida de la bonita ciudad de Aalborg al norte. Y en la punta más septentrional de la península encontramos Skagen, que es un destino de playas bastante visitado por los daneses en la época estival.
Al este de Jutlandia está la isla de Fiona (Fyn), a la cual se accede por un puente gratuito, y cuya capital es Odense, famosa por ser la cuna de Hans Christian Andersen. Al sur de Fiona no podemos perdernos la visita a dos islas muy turísticas: la conocida Ærø y la preciosa Langeland.
Y más al este aún tenemos la isla de Selandia, donde se encuentra la capital del país. Para cruzar de una isla a otra se ha construido un puente de peaje en la autopista con un coste de 230 coronas (unos 31 €). En esta isla tenemos varias localidades de interés, aparte de Copenhague en el norte, como son Hillerod, Roskilde o Helsingor.
¿Qué ver en Copenhague?
La arteria principal de la capital de Dinamarca es Strøget, la calle peatonal más larga de Europa. Otros lugares o actividades de interés son Rådhuspladsen, el cambio de guardia en Amalienborg, la calle Nyhavn, el Churchill Parken o el nuevo acuario gigante. Y cómo no La Sirenita.
Y si viajáis a este destino, no os perdáis cómo viajar del aeropuerto de Copenhague-Kastrup al centro de la ciudad.
Conducir en Dinamarca
La velocidad de circulación en Dinamarca está limitada a 120 km/hora en las autopistas y 80 en el resto de carreteras, siendo los conductores por lo general bastante respetuosos con estos límites. Y recordad que es obligatorio conducir con las luces de cruce durante todo el día. Las autopistas tienen muchas áreas de descanso con aseos gratuitos bastante limpios y bien cuidados, aparte de las normales áreas de servicio con gasolineras.
Desde Copenhague podemos cruzar a Suecia a través de un puente-túnel, Oresund. Esta autopista, de unos 30 kilómetros, nos llevará a la ciudad sueca de Malmö. El inicio del tramo es un túnel submarino que desemboca en una pequeña isla desde la que arranca el puente que nos llevará a Suecia. El precio de este peaje es de 310 coronas suecas (unos 42 €).
Moneda, comida y otros datos
Aunque están integrados en la Unión Europea, Dinamarca no forma parte de la zona euro, siendo su moneda la corona danesa, con un cambio respecto al euro de unas 7,5 coronas por euro. Por lo general es un país bastante caro en cuanto alojamiento, comidas o bebidas y transporte, pero una buena planificación puede hacer la estancia más asequible. A la hora de reservar hoteles hay que tener en cuenta que muchos de ellos tienen baño compartido, cosa que los abarata, pero que no a todos agrada.
La gastronomía danesa no es especialmente variada y se asemeja bastante a la de otros países escandinavos y a la alemana. Se basa en pescados como el salmón, el atún, el bacalao, la caballa; así como carnes, predominando el cerdo; y verduras y quesos, entre los que encontramos el danablu, el havarti, el feta o el esrom. Uno de los platos más típicos es el Frikadeller, unas albóndigas de cerdo y ternera. Además, abundan los establecimientos de hamburguesas, perritos o kebabs, a buen precio, aunque una buena opción son los restaurantes italianos que abundan por todo el país y tienen casi siempre una buena relación calidad-precio.
Otro dato a tener en cuenta a la hora de planificar el viaje es su climatología, ya que aunque viajemos en los meses de verano no debemos olvidar en nuestro equipaje un abrigo y un chubasquero. Las temperaturas máximas suelen oscilar en verano entre los 20º y 25º, mientras que las mínimas se sitúan en torno a los 12º. Son muy frecuentes las tormentas, que aunque suelen ser cortas, te pueden pillar desprevenido en cualquier momento.
Y si superáis el frío y queréis ejercitar las piernas, no olvidéis que Dinamarca es un país amante de la bicicleta. Por ejemplo, en Copenhague más de la mitad de la población usa la bici como medio de transporte diario, y la mayoría de las ciudades cuentan con eficientes redes de carril-bici.
Fotos | Jose Antonio Onieva, supermaskinen En Diario del Viajero | Dinamarca