Los países del este del telón de acero siguen siendo en buena medida desconocidos para el turismo internacional, a pesar de que hoy en día ya están plenamente integrados en Europa. Para todos aquellos que busquen vacaciones en la playa, pero a la vez quieran viajar a un destino original, proponemos esta lista.
Eslovenia, Croacia, Montenegro, Hungría, Rumanía, Bulgaria, Polonia, Lituania, Letonia y Estonia son los países representados, con destinos en las costas de los mares Adriático, Negro y Báltico, así como un destino de agua dulce. Se trata de una selección subjetiva: hay otros muchos lugares que podrían estar por méritos propios, pero hemos preferido reducir la lista a sólo diez lugares, sin repetir país.
Piran, Eslovenia
Se trata de la pintoresca villa medieval (se remonta al siglo VII) de retorcidas callejuelas que ilustra este post. Situada en la costa adriática, en la única zona de playa de la pequeña Eslovenia. Localizada en la encrucijada entre Eslovenia, Croacia e Italia, el italiano es idioma co-oficial en la ciudad, lo que sin duda facilita la comunicación para los hispanohablantes.
Pula, Croacia
Kotor, Montenegro
Esta antigua ciudad veneciana rodeada de una impresionante muralla está enclavada en un espectacular entorno natural, la bahía de Kotor, considerado como el 'fiordo más meridional de Europa'. Es uno de los lugares más bellos del Adriático. Tanto la ciudad como su entorno son Patrimonio de la Humanidad, y conforman el mayor reclamo turístico del joven país.
Lago Balaton, Hungría
El único destino de 'agua dulce' de la lista, se trata del mayor lago de Europa central y el destino veraniego favorito para cientos de miles de húngaros. Se le conoce por ello como el 'Mar de Hungría'. Tiene unos 195 kilómetros de costa, a lo largo de los cuales hay desde destinos familiares a zonas para prácticar el buceo o los deportes náuticos. Destaca Siófok, considerada la capital de la fiesta húngara. Además, Budapest se encuentra tan sólo a unos 100 kilómetros.
Constanza, Rumanía
La ciudad más antigua de Rumanía se localiza en la costa del Mar Negro y es el destino veraniego favorito del país. Destaca sobre todo la playa de Mamaia, de 13 klómetros, la más grande del país, en torno a la cual ha crecido todo un 'resort' turístico. Además, la ciudad tiene gran interés cultural, al haber sido una antigua colonia griega y posteriormente romana.
Obzor, Bulgaria
Otra antigua colonia griega a orillas del Mar Negro, actualmente en territorio de Bulgaria. Los bajos precios y las oportunidades de desarrollo han llevado a las grandes cadenas españolas, entre otras, a esta playa búlgara. Para aquellos que no quieran alojarse en los grandes hoteles y apuesten por el bajo coste, hay gran cantidad de campings o alojamientos privados asequibles.
Sopot, Polonia
Palanga, Lituania
Nuestro recorrido continúa con la capital veraniega lituana. Con sus 18 kilómetros de playas, Palanga es una ciudad de ambiente portuario situada en un entorno envidiable ya que está junto al istmo de Curlandia, una lengua de tierra separada del continente con paisajes espectaculares. Dividida entre Rusia y Lituania, la parte rusa es muy difícil de acceder (entre otras cosas por el visado), pero en la parte lituana podemos disfrutar de lugares pacíficos y alejados de las masas turistas como Neringa.
Jūrmala, Letonia
Siguiendo la ruta de los países bálticos llegamos a Letonia. Jūrmala tiene 33 kilómetros de playa (muchos de sus tramos con bandera azul), donde es posible bañarse o practicar todo tipo de deportes náuticos. Fue uno de los destinos favoritos de la élite soviética y hoy sigue atrayendo a miles de visitantes tanto por sus playas como por su arquitectra. Se encuentra muy bien comunicada con la capital letona y mayor ciudad del báltico, Riga, a sólo 25 kilómetros.
Pärnu, Estonia
Nadie diría que Estonia destaca por sus playas, y sin embargo, tiene unas cuantas muy interesantes. La capital veraniega, Pärnu, es una antigua ciudad medieval hanseática, hoy en día convertida en centro turístico gracias a su gran playa y a los baños de lodo que alcanzaron fama en el antiguo imperio ruso. Una alternativa menos masificada es Haapsalu, un encantador pueblo de casas de madera cuya playa, situada en una bahía, disfruta de aguas sorprendentemente cálidas.
Imágenes | Wikimedia Commons En Diario del Viajero | Nuevos destinos de verano en el Mediterráneo