Anoche despegó de su pista el último avión en la historia del mítico aeropuerto Tempelhof, el aerodromo activo más antiguo de Europa.
El Tempelhof está ubicado en el centro de Berlín y debido a su baja rentabilidad, cierra definitivamente sus puertas para vivir una nueva vida, que queda aún por definir.
¿Por qué despedir al Tempelhof en especial? Tal vez porque desde aquí se escribieron muchas historias de solidaridad, heroismo y resistencia.
En este lugar, mucho antes de ser un aeropuerto de verdad, se llevaron a cabo las primeras pruebas de aquellos "locos del aire": Armand Zipfel y Orville Wright en 1909. Sin embargo, no fue sino hasta 1923 en que se inaugura la pista oficialmente junto con las primitivas instalaciones.
El diseño de este aeropuerto fue la mayor estructura construída hasta que en 1943 se inauguró el Pentágono americano. Tempelhof fue revolucionario para la época. Un amplio semicírculo permitía a los aviones llegar muy cerca de la terminal, por lo que los pasajeros estaban más protegidos de los rigores del clima berlinés y tenían mejores servicios a su disposición.
Antes de la II Guerra Mundial, aterrizaban y despegaban en las pistas de Tempelhof hasta 92 vuelos diarios, cuarenta de ellos internacionales.
Durante la Segunda Guerra Mundial, el aeropuerto Tempelhof se utilizó en contadas ocasiones para operaciones aéreas. Pero su momento de mayor gloria vino después, cuando la guerra había terminado y Berlín se enfrentaba a un férreo bloqueo por parte de la Unión Soviética.
Al finalizar la guerra, Berlín fue dividida en cuatro zonas controladas por las potencias vencedoras. El aeropuerto quedó bajo el control de las tropas americana.
En 1948 la Unión Soviética bloquea todas las rutas terrestres y fluviales hacia Berlín Oeste, como medida de presión para que los aliados cedieran el control de los sectores bajo su mando. No había forma de llegar.
Dos millones y medio de berlineses no tenían forma de abastecerse de alimentos o medicinas. Pero una semana después de establecido el bloqueo, Estados Unidos comenzó a utilizar su nueva base Tempelhof para la salida de vuelos solidarios que arrojaban productos sobre la población.
En pocos días, aviones de todas las naciones aliadas se sumaron al "Puente Aéreo" y llegaron a efectuarse 1.400 vuelos diarios con ayuda para la población aislada en Berlín oeste, llevando una 4.500 toneladas de productos.
Los que eran niños en aquella época, recuerdan que junto con las medicinas y alimentos básicos, los aviones salidos desde Tempelhof les arrojaban chocolatinas que, al abrigo del bloqueo, parecían más dulces aún.
Hasta 1993 el Aeropuerto Tempelhof fue base aérea de Estados Unidos, para pasar a convertirse en aeropuerto comercial a partir de entonces. Pero el tiempo pasó sin grandes mejoras y llegó al siglo XXI sin capacidad suficiente para recibir los nuevos aviones comerciales.
Debía haberse cerrado en el 2004, pero los reclamos de los berlineses lo mantuvieron abierto hasta ayer, en que apagó las luces de pista para siempre.
Fotos | Flughafen Tempelhof (en alemán) Diario del Viajero | Berlin