Aunque tarden siglos para realizar trayectos que parecen cercanos, el tren es una opción y una manera económica para viajar por Polonia. Especialmente si vais a movernos a diario de ciudad a ciudad.
Existe un billete turista que durante cuatro días te permite saltar a cualquier tren express dentro de la red ferroviaria polaca con kilómetro ilimitado durante los días mencionados. Cuesta 60 zlottis (15 euros) en segunda clase y 80 zlottis (20 euros) en primera. A nivel de comodidad, verdaderamente no hay mucha diferencia entre una y otra, está en vuestras manos decidir. Eso sí, la segunda clase acostumbra a estar más llena que la primera. Está en vuestras manos decidir. De todas maneras, en la página de trenes de Polonia no he encontrado tal oferta. Al contrario, he encontrado pases de 7 días o de un mes y, por supuesto, mucho más caros. Preguntad en taquillas porque existe.
Te validan el ticket con tu pasaporte y aparte de tu propio nombre no vas a entender nada de lo que sale imprimido en el billete. Sólo se pueden usar en trenes express. Si no estás seguro, como un servidor, consulta en las taquillas si tu billete es válido para el tren que deseas coger. Lamentablemente la mayoría de los trenes circulan durante el día y se pierden un montón de horas esperando el codiciado destino. De Gdansk a Poznan son unas 6 horas. De Poznan a Cracovia otras tantas. Con salidas que suelen ser al mediodía llegando al destino casi por la noche. En verano estos viajes son todavía recomendables ya que la luz del sol no nos abandona hasta las 10 de la noche.
Asimismo, es una buena manera de observar pueblos y ciudades secundarias con esas fábricas horripilantes salidas de una película de miedo de serie B o esos bloques de hormigón donde la gente vive apiñada. Escalera 3, nicho B.
También podéis practicar fonética polaca con el local de turno que os acompaña en el compartimiento y también, cómo no, poner al día nuestras notas o diario de viaje.
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