El pequeño aeropuerto de Courchevel en los Alpes franceses es el acceso aéreo para una de las mayores áreas esquiables del mundo. Pero viendo en detalle su pista, cortísima, ondulada y con declive, podríamos decir que es, también, uno de los más peligrosos del mundo.
La única pista de CVF (siglas con que se identifica internacionalmente al aeropuerto de Courchevel) tiene apenas 535 metros de largo × 40 metros de ancho. Se encuentra a más de 2.000 metros de altitud y con una gradiente de hasta el 18,5% con respecto al horizonte. Pero además, su corto recorrido salva algún que otro desnivel del terreno en una suerte de tobogán gigante.
¿Quién puede aterrizar aquí? Pequeños aviones particulares, helicópteros y poco más. Con la honrosa excepción de Pierce Brosnan, claro. Su Bond... James Bond de "El mañana nunca muere" lograba despegar de aquí bajo el fuego del enemigo y un misíl acercándose.
De todas formas, si alguien tiene que aterrizar en el aeropuerto de Courchevel, será mejor que tenga muchas horas de entrenamiento y práctica. A menos que se apellide Bond.
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