La costa amalfitana es uno de esos destinos turísticos italianos que nos dejan con la boca abierta por la variedad y el colorido de su propuesta. Amalfi se encuentra en la boca de una profunda garganta al pie del Monte Cerreto, de 1.315 metros de altura, rodeada por acantilados por lo que se levanta como un balcón privilegiado al mar.
En la península amalfitana hemos recorrido ya desde Diario del Viajero alguno de sus centros más conocidos. Hemos pasado un día completo en Positano y nos quedamos con ganas de seguir viajando por aquí. Hoy seguimos nuestro recorrido llegándonos hasta Amalfi.
A sólo 60 kilómetros al sudeste de Nápoles, a 18 de Positano rodeando la península y a 30 de Salerno, Amalfi tiene una extensa historia que la une (y la separa) permanentemente de otras ciudades italianas.
Desde el siglo IX y hasta el XI, la República de Amalfi luchó con sus vecinas por la suprmcía marítima. En el siglo IX se convirtió en una de las cuatro Repúblicas Marítimas (Pisa, Génova, Venecia y Amalfi) que rivalizaron por el control del Mediterráneo. Y aquí se gestó el Código Marítimo Amalfitano que rigió en el Mare Nostrum durante siglos.
Pero durante el siglo XI su luz se apagaría rápidamente a raíz de la ocupación por parte de otros pueblos. Más tarde, en el año 1343, un trágico tsnumani destruyó casi todo el pueblo. Su luz volveria volvería a brillar en el siglo XX de la mano del turismo.
En el mismísimo pueblo encontraremos alojamientos diversos, de categoría modesta y muchas penzioni donde ubicarnos. Los grandes y glamurosos resorts se encuentran tapizando las salientes de la costa en sus alrededores.
Deberemos vencer la tentación de demorarnos en las callecitas, pequeñas plazas y mercados ... hay mucho para ver. Recomiento que no se pierdan la Piazza del Duomo, un ejemplo magnífico de arquitectura del siglo IX. La fachada está decorada con mosaicos recubiertos de hojas doradas y mayólica y el portal principal es una obra de arte en bronce realizado en Constantinopla especialmente para la iglesia del Duomo (siglo XI).
A la izquierda del Duomo se encuentra el hermoso Claustro llamado "del Paraíso (1266) en estilo árabe-siciliano. La doble columnata guarda la entrada al museo conpiezas de la Antigua Roma y de la época medieval. Desde el Claustro se accede también a la Iglesia del Crucifijo, antigua catedral de Amalfi. (siglo X).
La arquitectura enriquecida con mayólicas, la veremos nuevamente en el Palazzo di Città (ayuntamiento) que muestra en el Pannello i ceramica la historia de la ciudad.
Y una ciudad marinera, mirando al Mediterráneo y con semejante historia navegante, nos ofrece también la visita al Arsenal, donde se construían los barcos en aquella lejana República de Amalfi.
Se llegaron a conostruir aquí barcos de hasta 40 metros de largo que eran llevados por velas y remeros. Los barcos se clasificaban de acuerdo a la cantidad de remeros que requerían: 102, 112 o 120 para los más grandes.
A pesar que hoy en día sólo podemos apreciar algo más de la mitad de lo que fuera el Arsenal (también afectado por el tsunami aquel) su dimensión y arquitectura son dignas de admirar. Entre el Arsenal y la Porta della Marina recomiendo que se fijen e un mural cerámico que detalla el poderío comercial de Amalfi en aquellos siglos.
Y después de un recorrido de Amalfi, nada como relajarse en una terraza mirando el mar... y comiendo algo tipico. Les recomiendo un pequeño lugar, sin muchas pretenciones pero con una cocina excelente. Se llama Lido Azzurro (en el Lungomare dei Cavalieri) donde se come pescado y marisco fresco casi siempre acompañado de pasta ( umm tubetti con cozze) o con una salsa de tomate ligera de la región ( all'acquapazza). Allí también hay menú para niños y todo a buen precios (unos 15 euros por persona)
A la costa amalfitana volveremos, sin dudas, para continuar nuestro paseo conociendo Ravello, otra de las joyitas de esta parte de Italia.
La costa amalfitana es Patrimonio de la Humanidad desde 1997.
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