El ambiente de la antigua Babilonia, ubicada en las nieblas de la historia en el actual territorio arrasado de Iraq, ha inundado Paris. Junto con la exposición que se presenta en el Museo Louvre, toda su iconografía se refleja en tendencias.
Los tesoros mostrados en el gran museo parisino, fueron prestados por galerías y museos del mundo entero pero faltan, obviamente, las piezas que guarda el Museo de Baghdad. La razón es también obvia: la situación es muy inestable por allí como para transportar obras de tal valor bajo el fuego "amigo".
Vayamos un poco al pasado para entender la importancia de esta muestra.
Babilonia fue una de las ciudades más finas de la Antigüedad, donde Nabucodonosor II construyó los desaparecidos Jardines Colgantes. La ciudad se ubicaba a unos 50 kilómetros al sur de la actual capital iraquí, y fue declinando en importancia a partir de ser conquistada por los persas al mando de Ciro el Grande en al año 538 d.C.
A lo largo de los siglos, Babilonia fue descripta como la meca de la ambición y donde textos como el Genesis sitúan la mítica Torre de Babel.
La exhibición estará abierta hasta el próximo 2 de Junio antes de viajar al Museo Pergamon (Berlín) donde estará desde el 26 de Junio hasta el 05 de Octubre, para luego pasar al Museo Británico del 13 de Noviembre al 15 de Marzo del 2009. Ambas instituciones han cedido algunas de sus más famosas obras babilónicas que figuran en sus colecciones.
Entre las obras más importantes que se exhiben en esta vista al mundo de la antigua Babilonia están la Puerta de Ishtar (usualmente en el Pergamon) o la gran estela de basalto negro que contiene el célebre código de Hammurabi .
Vía | El Pais