Hace unos días les hablábamos sobre las rutas cinematográficas, un nuevo modelo de turismo intimamente ligado a las películas y al cine.
También les contábamos cómo el Código Da Vinci tenía ya su propia ruta por diversas partes de Francia y Gran Bretaña.
Pero se nos había olvidado hablarles de la ruta de Amelie. Seguro que recuerdan a Amelie Poulain, esa hada madrina de barrio parisino que nos cautivó a todos con su peculiar sentido de la vida.
Los lugares que la menuda camarera recorrió en la película se han convertido hoy en toda una atracción para los visitantes de París. Desde la estación de metro de Abesses, pasando por el inevitable Café deux Moulins (hoy en día reformado, ya sin el despacho de cigarrillos que había nada más entrar), hasta la frutería de la Rue des Trois Frères, curiosamente regentada por un marroquí. Y por supuesto, el carrusel de la Place St.Pierre, que yo tuve la suerte de ver algunos años antes de que se rodase la película, al pie de las escalinatas del Sacre Coeur.
Una cosa me llama mucho la atención. ¿Se han fijado que dos de las rutas cinematográficas más famosas, la de Amelie y la del Código Da Vinci, comparten una misma actriz? ¿Que tendrá Audrey Tatou, que todo el mundo quiere ir donde ella ha estado?
Vía | Shandy En Diario del Viajero | Cine y Turismo