Primero llegaron los hippies, luego los pensionistas. Ahora la ciudad suiza de Ascona se ha convertido en la meca de quienes buscan la buena vida.
A principios del siglo XX, un grupo de vegetarianos, anarquistas y artistas fundaron una colonia en Ascona en lo que fuera un pequeño pueblo pescador a orillas del Lago Maggiore. Allí cambió por primera vez su fisonomía.
En los últimos tiempos, y gracias a la visión de un empresario (Stefan Breuer), un chef trendy (Ivo Adam) algunos aliados como el hotelero Philippe Fruttiger, Ascona vuelve a cambiar de perfil. Se reinventa.
Para unos la ciudad cobra un nuevo impulso y se adapta a las nuevas tendencias que buscan los viajeros, para otros este grupo de emprendedores está destruyéndola.
Restaurantes de moda y bares sobre la costa del lago le están cambiando el ritmo al pueblo. El restaurant más novedoso se llama "Seven" y podría estar ubicado en cualquier gran capital del mundo por su diseño y cocina. En la otra punta del paseo costero se encuentra "Seven Easy" un chill-out (palabra desconocida hasta ahora para los residentes más tradicionales). En el centro histórico se levantó "Seven Asia", un restaurant temático de cocina oriental y dentro de poco se inaugura "Seven", una discoteca de diseño.
Como decíamos, no es la primera vez que Ascona se reinventa. A principios del 1900, un industrial belga funda una colonia "utópica" cuyos miembros rebautizaron al lago Maggiore con el nombre de "Balabiott" y solían bailar desnudos en los campos de pastura en el monte Verita, que domina el pueblo.
La postal típica de Ascona sigue aún hoy mostrando el pueblito idílico sobre el lago, entre montañas y con sus casas perfectamente en orden. Un remanzo de paz aparente.
Aquí estuvo concentrada la selección alemana durante la pasada Eurocopa 2008 debido a su ambiente tranquilo. Este hecho ha llamado la atención de los turistas alemanes que han puesto el nombre de Ascona en sus itinerarios. Pero la realidad cada día se aleja más de la imagen que ha servido a esta localidad como atractivo principal.
Las cosas cambian. El tiempo dirá si para mejor.