Aún antes de la llegada de los romanos a la Península Ibérica, las tierras de Castilla y León supo levantar pueblos y aprovechar sus recursos, como podemos ver hoy los diversos sitios arqueológicos de la Comunidad Autónoma. Pero este caso, vamos a enfocarnos en dos yacimientos arqueológicos con vestigios de pueblos de la Tarraconensis, la mayor provincia romana de la península y del magnífico museo que nos permite apreciar su importancia.
Yacimiento arqueológico del Castro Ventosa
Es el más importante y significativo del Bierzo por sus dimensiones e importancia histórica. Se halla en el límite de tres municipios (Cacabelos, Villafranca y Toral de los Vados) y ocupa una elevada y casi plana meseta de unos 700 metros de altitud desde donde se todo el Bierzo Bajo.
Es un castro prerromano en el que se han hallado restos de cerámicas de las edades del bronce y el hierro, que se relacionan con la mítica Bergida, donde al pie de sus murallas romanos y astures pelearon durante las guerras de los años 29 al 19 a C.
El castro estuvo habitado en época visigoda (Bergidon) y altomedieval cuando a partir del siglo IX se sustituye aquel nombre por el de Castro Ventosa. Sus potentes murallas que son comparables a las de León, Lugo, Astorga o Braga, protegieron a su pueblos de los musulmanes y permitieron que la ciudad fuera un bastión y centro de organización y defensa del Reino Asturiano durante los siglos VIII y IX. Incluso llegó a contar con varias iglesias en su interior.
Yacimiento arqueológico de La Edrada
El yacimiento está situado al norte de Cacabelos, junto a su cementerio. Se trata del antiguo poblado romano de Bergidum Flavium, declarados Bien de Interés Cultural (BIC) y ubicado entre el río Cúa y la reguera de Argentiñe, en el canal natural de comunicación con el resto de la comarca.
Bergidum Flavium fue municipio romano y centro administrativo y político de las explotaciones auríferas de Médulas y del resto de la comarca. En algún momento de la historia fue abandonado, tal vez por las invasiones bárbaras o incursiones musulmanas en los siglos X y XI que destruyeron Cacabelos.
Sin embargo, a principios del siglo XII vuelve a reconstruirse al consagrarse su iglesia (Santa María, románica) en 1108, dado que el poblado se encuentra ubicado en el Camino de Santiago y era un punto destacado para el descanso de aquellos peregrinos. Se han encontrado aquí restos arquitectónicos relacionados con la vida diaria, casa particulares, la red de colectores de aguas residuales, un edificio termal y gran cantidad de piezas numismáticas y de cerámica que permiten situar la ocupación romana del yacimiento desde mediados del siglo I al V.
Museo Arqueológico de Cacabelos
Complemento ideal a la visita de ambos yacimientos arqueológicos, es el paso por el Museo Arqueológico de Cacabelos, localidad ubicada en pleno Camino de Santiago.
El museo está ubicado en uno de los edificios más emblemáticos de Cacabelos: una antigua bodega de 1892 que funcionó como tal durante la primera mitad del siglo pasado. La restauración mantuvo los edificios originales y aún hoy pueden verse algunas muestras de su antiguo uso (tinas de almacenamiento, el sótano del lagar, la balconada). Los espacios se han refuncionalizado para albergar las salas de exposición permanente y temporal, laboratorios, biblioteca, almacén, sala de conferencias y área administrativa.
La colección del museo incluye un paso por los tiempos prehistóricos ya que en El Bierzo hay evidencias de ocupación humana por el homo heildelbergensis. Las terrazas del Cúa en Cacabelos han preservado algunas de sus herramientas, datadas entre 300.000-100.000 años.
Sin embargo tal vez lo mas atractivo sean los restos de aquellos primeros pueblos satures y romanos, cuya vida podemos adivinar gracias a las muchas piezas numismáticas romanas como áureos de Augusto, grandes bronces de Tiberio, denarios de Trajano, Septimio Severo y follis tardoromanos, material cerámico y lapidario.
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