“En todos sus sueños más bellos, el hombre no ha sabido jamás inventar nada que sea más bello que la naturaleza”. Esta frase, tan certera, del escritor y poeta del Romanticismo francés, Alphonse de Lamartine, podría explicar por qué el turismo rural tiene cada vez más éxito.
En este puente de mayo, el número de reservas ha aumentado un 84 % respecto al año pasado, según el portal Clubrural, y los alojamientos ya estaban, antes del viernes, al 75 % de ocupación.
Al igual que con la lista de catedrales y las basílicas, Cataluña ha sido la comunidad preferida por los viajeros, pero si nos vamos al detalle, la demanda de destinos rurales ha destacado en estas tres localidades, perfectas también para disfrutar el próximo verano, o hacer una escapada de fin de semana en cualquier momento.
Si ya estás planeando dónde ir las próximas vacaciones, toma nota:
Cangas de Onís (Asturias)
Está en nuestra lista de los siete pueblos con encanto de Asturias que más nos gustan, porque, más allá de su magnífico puente romano, es el punto donde inicia una de las rutas más fascinantes de la región.
Hablamos, cómo no, del paseo idílico hacia la basílica, el santuario y los lagos de Covadonga, en el corazón del Parque Nacional de los Picos de Europa. Por otra parte, el pueblo, con sus calles empedradas y casitas de piedra, es una auténtica preciosidad.
Casserres (Barcelona)
Un tesoro rodeado de colinas y tierras de cultivo a tan solo una hora en coche desde Barcelona. Este pequeño pueblo es de esos que parecen sacados del pasado, y si subes a la parte alta, te regalará unas maravillosas panorámicas del valle.
El enclave ideal para relajarnos, desconectar y perdernos en sus senderos, caminando o en bicicleta. Las rutas hasta la iglesia de Sant Pau de Casserres o al Monasterio de Sant Pere de Casserres, son de las que, de tan bonitas, nunca se olvidan.
El Berrueco (Madrid)
A menos de una hora de Madrid tenemos otro de los destinos rurales más reservados en estas fechas, que cuenta con todo lo necesario para pasarlo en grande cuando llega el calor.
El embalse de El Atazar, para practicar deportes acuáticos, rutas de senderismo y ciclismo, y patrimonio histórico, como el puente romano. También vale la pena conocer el museo de la cantería, que muestra, en un recorrido al aire libre por la zona, la utilización del granito en elementos arquitectónicos y artesanales.
El Berrueco está tan cerca de la gran ciudad y, sin embargo, sus paisajes nos hacen sentir que estamos en otro mundo.
Portada | Kaja Kadlecova - Unsplash