Siete cosas que puedes ver y hacer en Marbella, además de disfrutar de sus playas, el lujo y la buena comida
Marbella es un destino turístico que apenas necesita recomendación ya que es de todos conocido como un lugar excelente para el disfrute del ocio. Sin embargo, más allá de lo obvio, su casco antiguo tiene mucho que ofrecer al visitante por lo que hoy quiero destacar siete cosas que puedes ver y hacer en Marbella, además de disfrutar de sus playas, el lujo y la buena comida.
Un paseo por la ciudad, permite descubrir bellas calles llenas de buganvillas y glicinias, capillas urbanas, monumentos históricos, plazas para descansar y tomar algo y testimonios de su historia, y todo a unos 45 minutos de Málaga con sus museos, su aeropuerto internacional, y su conexión en dos horas en AVE a Madrid.
Siete cosas que puedes hacer en la ciudad de Marbella, además de disfrutar de sus playas, el lujo y la buena comida
No es casualidad que la que fuera una villa humilde se transformase en el pasado siglo XX en el centro de atención mediática con el fenómeno de la jetset. Un entorno privilegiado, en lo mas profundo de una amplia bahía, queda a resguardo de los vientos de Poniente y de Levante y con la Sierra Blanca a sus espaldas, aísla la ciudad de los vientos del norte, ofreciendo al visitante más de 300 días de sol al año.
Dejando a un lado por hoy los clubs de playa o los campos de golf, os cuento qué se puede hacer y descubrir en un paseo por el casco histórico de la ciudad.
Flores y plantas
Al dar un paseo por el casco de Marbella, una de las primeras cosas que llaman la atención son balcones llenos de flores, los patios y muros con buganvilias de muchos colores, los pasajes techados con glicinas y la belleza y colorido de flores y plantas, en especial en la zona del Barrio de la Virginia y alrededores.
Cualquier fachada o terraza está llena de macetas de geranios y otras flores que además no se quedan en el ámbito de los domicilios privados ya que llegan a decorar las calles por el gusto de embellecer los barrios.
Calles blancas y compras a precios asequibles
En el casco histórico se puede ver el típico trazado árabe de calles estrechas con fachadas encaladas, y una luz que enamora. Un paseo por esas calles blancas y serpenteantes se completa con muchas tiendas de artesanos donde podemos hacer compras a precios asequibles, sobre todo fuera de la temporada estival.
En verano, dada la afluencia de turismo de alto poder adquisitivo, se disparan los precios de souvenirs y otros artículos, pero aún así, no resultan caros frente a otras zonas de la ciudad como la Milla de Oro o las zonas de Golf, Puerto Banús y áreas similares.
Durante nuestro paseo por Marbella disfrutaremos con los restos de la muralla árabe del siglo XV, de la que ya no queda mucho, pero que muestra las defensas que en su día tuvo esta villa, que obviamente era un territorio valioso para ambos bandos en la época de la reconquista.
Capillas públicas y capillas urbanas privadas
La importancia de la Semana Santa, del sentimiento religioso cristiano y de la imaginería religiosa andaluza tienen gran presencia en Marbella. Entre otras capillas, merece la pena visitar la de Santiago y la de San Bernabé, patrón de la ciudad.
Además, es curioso el fenómeno de las capillas urbanas, lugares de culto en las casas o fuera de los habituales centros religiosos, que son de propiedad privada pero se exhiben al público, que puede aportar flores o donativos para su mantenimiento. Estas pueden estar a pie de calle o situadas en balcones, como el Balcón de la Virgen.
Plaza de los naranjos
Allí está situada la sede del Ayuntamiento. La plaza de los Naranjos es un espacio muy agradable lleno de terrazas para tomar algo o refrescarse, en especial por las noches cuando se convierte en un lugar fresco y agradable.
El frescor del verde, el aroma a azahar y la inmejorable ubicación hace de esta plaza un lugar imprescindible en toda visita a Marbella.
Parque de la Alameda, Avenida del mar y las estatuas de Dalí
Paseando un rato por el parque de la Alameda, el pulmón verde del centro marbellí, nos dirigimos hacia la playa, hacia la Avenida del Mar. En esta avenida peatonal podemos contemplar de forma gratuita la mayor colección pública de esculturas de Dalí del mundo. Una docena de obras -réplicas autorizadas por el autor- con las que redescubrir el mundo onírico del genial artista.
En el Parque, además de disfrutar de los bancos de azulejos sevillanos, todos diferentes, podemos deleitarnos con la fuente del Rocío, situada frente a la Avenida del mar, que tiene una belleza clásica de las obras andaluzas. Agua y azulejos en perfecta combinación, con representación de todas las hermandades rocieras en un bello y refrescante entorno.
Clases de flamenco y de compás
Aprovechando unos días en la Costa del Sol, un plan estupendo puede ser aprender a bailar blamenco o recibir unas clases para tocar el cajón, un instrumento de percusión que fascina a quienes se inician en el interesante mundo del flamenco, tratando de entender el compás, la base de los distintos ritmos de los diferentes palos.
Unas clases de sevillanas, o para los más avanzados unas clases de baile flamenco, hacen las delicias de turistas y visitantes, y de todos los que se quieren adentrar en el sentimiento de una de las señas distintivas más bellas de Andalucía.
La estatua de D. Jaime de Mora y Aragón
Uno de los artífices del cambio que vivió Marbella en el siglo XX fue D. Jaime de Mora y Aragón que junto al Príncipe Alfonso de Hohenloe fue uno de los grandes promotores de la ciudad, especialmente entre el mundo de la farándula y el famoseo.
En las famosas fiestas en las villas marbellíes cada año se animaban a venir más personalidades. Grace Kelly, Brigitte Bardot, el Aga Khan y un sin fin de ilustres visitantes, eran asíduos de la ciudad y muchos tuvieron propiedades para venir en verano.
No es extraño que la ciudad erigiera un monumento a D. Jaime de Mora, una estatua de pequeño tamaño que reconoce su aportación a la historia de Marbella y que se encuentra enclavada en el centro histórico.