No hace falta irse ni a las playas de Croacia ni a las islas griegas, la perla del Mediterráneo la tenemos en casa y se llama: Moraira. Esta localidad de la costa alicantina es posiblemente un rinconcito único en el que evadirse del turismo masificado de otros puntos de la Costa Blanca.
Moraira comenzó siendo un pequeño pueblo de pescadores conquistado por turistas españoles en los años 60. Posteriormente empezó a conocerse internacionalmente y ello provocó la llegada de turistas ingleses y alemanes. Sin embargo y como comentaremos posteriormente, Moraira se ha sabido respetar y cuidar, por lo tanto es como un oasis que se escapa del típico turismo de Sol y playa.
Si lo que queréis es pasar una Semana Santa tranquila y relajada, Moraira es sin duda una buena elección. Sus amaneceres, paseos por el puerto y sus playas dejan maravillado a todo aquel que la visita.
A menos de un kilómetro y medio del pueblo de Moraira, encontramos la playa de El Portet que aunque es muy pequeña, tiene un encanto especial debido a su cuidada arena y sus aguas cristalinas. Vale la pena contemplar los atardeceres desde esta pequeña cala.
En la imagen de la portada, podéis apreciar el Club Náutico de Moraira que es uno de los más bonitos y también más caros de la costa alicantina. En él también podemos encontrar un restaurante con forma de barco en el que disfrutar de una buena comida mirando al mar.
Si salimos de Moraira en dirección hacia Calpe por la carretera de la costa, a aparte de unas vistas fantásticas del litoral, encontramos un lugar conocido como 'Algas' en el que podemos tomarnos un aperitivo a pocos metros de la orilla de una espectacular playa de piedra.
Como he comentado al principio, el principal mérito de Moraira es que ha sabido conservar su arquitectura desde sus inicios en el que era un pequeño pueblo de pescadores. Por ejemplo, es muy difícil encontrar bloques de apartamentos de más de cuatro alturas y de esa manera se ha evitado estropear el paisaje de sus costas.
Hace pocos años se inauguró un paseo marítimo que nos lleva desde el puerto deportivo hasta el Castillo de Moraira y la playa de la Ampolla (popularmente conocida como ‘la playa del pueblo’) que a pesar de sus reducidas dimensiones, es una de las más grandes de la zona.
Respecto a la vida nocturna, en el pueblo se ubican varios pubs en los que tomar una copa sin tener que coger el coche y además en fechas señaladas como Semana Santa y verano, hay numerosas verbenas populares. Si esto se os queda pequeño, lo mejor es continuar la noche en la localidad de Jávea.
En cuanto al alojamiento, podemos encontrar de todo, desde el Camping Moraira hasta hoteles de lujo como el Swiss. También hay un gran número de particulares que ofrecen apartamentos en alquiler tanto en Semana Santa como en verano.
Fotos | MoonSoleil, DavidHT, MollySVH en Flickr Diario del Viajero | Semana Santa 2009: Costa atlántica argentina Diario del Viajero | Semana Santa 2007