Mallorca a tus pies desde el Puig de Randa y el Santuario de Cura
Existe un lugar en Mallorca desde el que tener toda la isla hasta donde llega el horizonte, un lugar con historia y una vistas panorámicas, un lugar en el que una de las figuras más insignes de las letras catalanas dejó su huella. Desde el Puig de Randa y el Santuari de Cura tenemos Mallorca a nuestros pies.
Ramon Llull se refugió entre estas paredes en el siglo XIII y más tarde se fundó una escuela de gramática. El lugar era ideal para el estudio y la oración. En lo alto del monte de Randa, en el centro de la isla, con el aislamiento ideal para el recogimiento. No es de extrañar que en este enclave se fundara un monasterio, el Santuari de Cura, que podemos visitar para dominar Mallorca casi a vista de pájaro.
A 548 metros de altura podemos ver la práctica totalidad de la isla rodeada por el mar, excepto por la Serra de Tramontana que nos impide ver el azul marino. En los días claros, incluso podemos ver Cabrera bastante cerca y dicen que algunos meses el cielo se despeja para dejarnos ver hasta Ibiza. Palma, Inca, Llucmajor y más de 30 pueblos se ven desde aquí... Jugamos a reconocerlos.
El Puig de Cura es el punto más alto del macizo de Randa, en el municipio de Algaida, un excelente mirador panorámico sobre Mallorca. La escuela luliana fundada en el siglo XV para difundir la doctrina de Ramon Llull fue el origen del Estudio General Luliano de Palma.
En el Puig se encuentran la Ermita de Sant Honorat, el Santuario de Nostra Senyora de Gràcia y el Santuario de Nostra Senyora de Cura, donde hoy nos detenemos. El nombre de "Cura" significa "cuidado" y, según algunas interpretaciones, se refiere al cuidado que se tenía de los niños y estudiantes que iban a este lugar a instruirse.
Una inscripción en la Capilla del Santuario del siglo XVI, nos explica este nombre de otro modo:
En el nombre de Ntro. Sr. Jesucristo y de su Gloriosísima Madre María, bajo el título y sobrenombre de Cura, queda instituida la presente capilla, la cual Virgen se digna curar las almas y los entendimientos de los cristianos y los habitantes del presente Reino.
Pero dejémonos de etimologías. En el Santuari podemos visitar un pequeño museo, comer e incluso alojarnos en alguna de las celdas de su hospedería. Pero simplemente por disfrutar del entorno y el paisaje, merece la pena llegar.
Se puede acceder a la montaña desde la villa de Randa, a los pies del macizo del mismo nombre, y seguir la carretera que conduce hasta la cumbre. Nada más atravesar los muros, con escasos visitantes en aquel momento, nos invade un espíritu de contemplación... o tal vez tan solo sea tranquilidad.
Estamos en un mirador natural que para muchos constituye la mejor panorámica sobre la isla. Al oeste vemos la Bahía de Palma; al norte, la bahía de Alcúdia, Inca...; al este, la Serra de Llevant y Manacor. Se otea la cordillera de Tramuntana, Pollença y hasta Formentor.
La plaza Santuario tiene una cisterna hoy en desuso como tal, encima de depósitos y de aljibes. En los pequeños jardines domina una estatua de San Francisco de Asís que parece darnos la bienvenida. Frente a esta escultura clásica, una de estilo moderno, metálica, eleva decenas de cruces al cielo y en la base se pueden leer, por orden alfabético, el nombre de todos los pueblos de Mallorca.
Además de rodear el recinto para obtener todas las panorámicas posibles, podemos tomar algo en el restaurante o, si llevamos nuestro propio almuerzo, aprovechar la zona de picnic con mesitas y taburetes de piedra. ¡Si no hace mucho calor para estar al sol! Desde aquí las vistas también fascinan.
En el Santuario de Cura también podemos visitar el pequeño Museu del Aula de Gràmatica Ramon Llull, en las antiguas dependencias del colegio luliano. En él se conservan objetos y libros religiosos relacionados con el culto, junto a libros impresos o manuscritos relacionados con el lulismo y otros temas, pinturas...
Dos pequeñas estancias laterales, se dedican a explicar la figura de Ramon Llull y a albergar una colección de objetos y motivos relacionados con las misiones franciscanas, junto a una colección de patrimonio etnológico.
Para alojarnos en el lugar existe la posibilidad de hacerlo en la Hospedería del Santuario de Cura, en habitaciones reformadas y con todas las comodidades.
La tradición señala que el origen del santuario es el altar mariano que Ramon Llull hizo construir en 1275, lo cual dio la primera forma al santuario de la Virgen de Randa (después llamado de Cura). Se sabe de la existencia de ermitaños en la zona desde esa época e incluso con anterioridad.
Después de épocas de esplendor (en 1588 llegó a haber unos ciento cincuenta alumnos), la escuela de latinidad establecida en Cura terminó su existencia en 1826 y no fue hasta el siglo XX cuando los franciscanos se hicieron cargo del lugar y restauraron el Santuario de Cura para mantener vivo el culto a la Virgen de Cura y extender entre el pueblo, el conocimiento de la figura de Ramon Llull.
A principios del siglo XVI se instauró la tradición de bendecir en cada primavera los campos mallorquines desde el Santuario de Cura, una fiesta que sigue celebrándose anualmente en el cuarto domingo de Pascua.
Ver Mallorca a nuestros pies desde el Puig de Randa y visitar el Santuari de Cura no es un plan que figure en las rutas turísticas más conocidas, pero sí es un lugar muy especial para muchos mallorquines. Por eso lo he visitado en varias ocasiones, y seguro que habrá más. A nosotros nos deja un recuerdo inolvidable de las mejores vistas de la isla y nos acerca un poco a la historia del lugar.
Sitio Oficial | Santuari de Cura
Fotos | Eva Paris
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