Este fin de semana tuve la agradable oportunidad de volver a visitar la ciudad de Cádiz. Aunque más no fuera una visita relámpago, pude volver a sentir su energía y caminar sus calles una vez más.
Además, me hice un ratito de tiempo para caminar por su paseo marítimo, con la Catedral a la espalda y el Atlántico de compañero de paseo.
Y, por si fuera poco, disfrutar de su gastronomía.
Si tienen la oportunidad de visitar Cádiz, no pueden dejar de probar sus especialidades. La cocina gaditana está basada en la riqueza del mar que la rodea.
Ummmmm!
Mediodía del sábado, con el sol a pleno y el hambre acechando en el fondo del estómago. ¿Dónde ir? Pues en cualquier rincón comerás como los dioses, pero dió la casualidad que estaba cerca del hotel Playa Victoria sobre el Paseo Marítimo.
Allí en frente, en un esquina entramos al Bar Barco Baro, una institución popular. Puedes comprar la fritura que quieras en el chiringuito de al lado, y comértela en las mesas de la recova del Barco Baro sin problemas. Allí todo es buena onda.
Y un exhibidor con tantas variedades de marisco que no saber por dónde empezar: gambas de todo tamaño, langostinos blancos, tigre, o de Sanlucar (foto); cigalas, nécoras, almejas, coquinas, bígaros, etc. etc. Se pide al peso, o sea que te preparan el plato que quieras con los mariscos que elijas allí mismo.
A modo de ejemplo les cuento: una paella mixta para 2 personas, cuesta 15 euros. Las tortillitas (un plato con unas 8 unidades) apenas 5 euros. Los mariscos se piden por unidad o por peso.
¡ Bon apetit !
Diario del Viajero | Cádiz