Cuando confrontamos las diversas caras de cada ciudad, aparecen las paradojas. Zaragoza es menos atractiva para los viajeros, pero tiene una gran calidad de vida. Cádiz es la más buscada en vacaciones y, sin embargo, muchos de sus habitantes la abandonan. Y ahora nos encontramos con que uno de nuestros destinos favoritos, para nacionales y extranjeros, es el que tiene las calles más sucias.
La OCU ha realizado una encuesta de satisfacción con la limpieza viaria a 6.863 vecinos de 69 localidades españolas, y los peores resultados los han tenido Palma, Sevilla y Alicante.
Palma es la favorita de los nómadas digitales, Alicante no se queda corta en huéspedes, pero Sevilla es la que tiene mejores cifras turísticas, según los datos del INE, con casi tres millones de visitantes al año, solo por detrás de Madrid y Barcelona. ¿Serán ellos los que la ensucian? Es broma (o no).
¿Es más limpio el que más limpia?
Los lugares con mayor afluencia turística son los que han sacado peores notas, aunque tenemos a San Sebastián de los Reyes como excepción que pone en duda la regla. Le siguen, en el ranking de mugre acumulada, Las Palmas de Gran Canaria, Barcelona y Madrid.
Entre sus problemas más habituales están los excrementos de los perros en las aceras, la suciedad alrededor de los contenedores y los grafitis.
😔 #Grafitis, pintadas, basura dispersa y mugre #SevillaHoy ¿Está #SevillaComoTÚLaQuieres? 📍Calle Fray Luis Sotelo pic.twitter.com/KCOjhfVDER
— I ❤️ Sevilla (@SevillaIloveyou) April 26, 2023
Por el lado contrario, las poblaciones más limpias son Oviedo, Bilbao y Vigo, seguidas de Pamplona y Albacete. Podría pensarse que son las que más gastan en limpieza, pero no es así. En Pamplona y Albacete, por ejemplo, se emplean 46 € al año por residente, y en Sevilla, Barcelona y Madrid, 80 euros.
En cambio, dos factores que sí correlacionan positivamente con una mayor higiene son los días de lluvia (ahí poco podemos hacer los humanos), y la asiduidad de las tareas de limpieza.
Tiene lógica, a mayor frecuencia en el barrido y el baldeo, menos porquería en las calles. Aunque hay algo que se me escapa: ¿los Ayuntamientos que gastan más no son los que friegan más veces? Quizá este desfase se deba a mayores inversiones en maquinaria; no obstante, los datos indican que nada funciona mejor que el agua y la escoba.
Además, la sensación en muchas grandes urbes es que se pone más atención en dejar impecables las zonas del centro y se descuida la periferia, mientras que en otras, con menos volumen de visitantes, se puede dar un servicio más equilibrado.
En cualquier caso, estamos en lo de siempre, el turismo nunca es una causa única, pero todo apunta a que influye en factores importantes como la falta de acceso a la vivienda, o el mal estado de los espacios públicos. A la vez, es un motor económico, casi podría decirse que imprescindible. Solo en Sevilla, ya representa el 20 % del PIB.
Está claro que en gran parte del país se necesita mejorar la gestión para equilibrar la balanza, y seguir siendo los preferidos de muchos viajeros, sin disminuir el bienestar de los residentes. Menudo reto, o mejor dicho, casi ná.
Portada | Hendrik Kuterman - Unsplash