Después de varias semanas de tramitaciones en el más absoluto de los secretos, Diario del Viajero ha tenido la oportunidad de entrevistarse en exclusiva con un controlador aéreo en su carácter de “voz” de su colectivo. Aquí está la charla que, de acuerdo a lo pactado previamente, reproducimos literalmente y sin quitar ni agregar nada.
¿Por qué desea aparecer anónimamente en esta entrevista y ser mencionado sólo como “la voz” de los controladores aéreos?
En primer lugar porque esa es mi función, dar voz a la postura de mis compañeros y difusión a nuestros justos reclamos, sin protagonismos personales.
El pasado día 3 de diciembre fue una jornada lamentable para los viajeros que se vieron afectados por vuestra actitud al no realizar vuestras tareas profesionales. ¿Cómo vió la situación?
Te digo la verdad: me pilló de sorpresa. Salía de la consulta de mi sicólogo y en ese preciso momento recibo una llamada de mi esposa diciéndome que no podía regresar de Paris, donde había viajado a cambiar un par de zapatos. Uff! Qué transtorno, esa noche teníamos cena en casa y el catering estaba por llegar.
Señor “la voz”, me refiero a la actitud de sus compañeros controladores de vuelo que al no presentarse a trabajar provocaron que miles de pasajeros vieran frustrado su viaje. ¿Qué puede decirnos al respecto?
Ah, si, los pasajeros.
Sí, los pasajeros. ¿No pensaron que su actitud traería perjuicio a personas que por muchas razones diferentes e igualmente válidas, tenían derecho a volar esos días?
Pues… mira…. no. En principio algunos colegas de torre se sintieron mal, y pensamos que podrían ser los percebes de la noche anterior, o le echamos la culpa al foie demi cuit francés, pero no… Resulta que decidieron espontáneamente ausentarse porque estaban hartos de trabajar tanto.
¿Y qué hizo usted?
¿Quién, yo? Pues salí lo más rápido que mi deportivo me lo permitó. Bajé de La Moraleja a Barajas y tardé un siglo en llegar a mi parking privado. Miles de personas estaban allí, como perdidos, sin saber a dónde ir y entorpeciendo el paso.
Vuestra actitud irresponsable se llevó por delante los derechos de los pasajeros. Mucha gente trabaja tanto o mas que vosotros, teniendo grandes responsabilidades entre manos, y no soluciona los conflictos abandonando al prójimo.
¡Mira tú! Lo mismo me dijo al día siguiente una de mis vecinas, una enfermera o algo así. Los que llevan esos uniformes verdes tan impersonales. Se la veía muy alterada después de 3 días ininterrumpidos de guardias. Y que por nuestra culpa no podía estar en el cumpleaños de su madre anciana en Canarias. Lo suyo es vocación de servicio.
Después de todo lo sucedido, ¿no hacen autocrítica? ¿Les parece que manejaron bien vuestra comunicación?
Ahí tienes razón. A pesar de tener los mejores consultores, no hemos dado con el tono adecuado. Y mira que compartimos asesor de imagen y personal shopper con una ministra y cineasta en-can-ta-do-ra. Pero nos equivocamos al elegir el tono de las chaquetas para salir en la tele.
¿Qué podemos esperar de los controladores aéreos? ¿Seguiremos los pasajeros siendo rehenes y moneda de extorsión?
Jamás tuvimos la intención de destrozar los planes e ilusiones de miles y miles de personas. Al ver tantas pasajeros tirados en los aeropuertos, tantos niños y mayores durmiendo en las salas de espera y desparramados por el suelo de las terminales… se nos encogió el corazón. Creo que necesitaremos sesiones especiales de terapia y no puedo descartar que algunos compañeros caigan en una profunda depresión y necesiten tomarse unos días.
¿Algo mas que agregar?
Sí, que nos mueve el amor por nuestro trabajo, el espíritu de sacrificio y que la mayor recomensa es el deber cumplido. ¿A que suena bonito?
Actualización (29Diciembre): Esta fue nuestra pequeña broma del Dia de los Inocentes. Esperamos que todos podamos terminar este 2010 sin más tropiezos de este tipo, y con una sonrisa. ¡Felicidades!
En Diario del Viajero | Miles de pasajeros afectados por el abandono de los controladores aéreos