El lago Titicaca, ubicado en la frontera entre Perú y Bolivia es el segundo lago más grande de Sudamérica (después del lago Maracaibo, en Venezuela) y el lago navegable más alto del mundo. Tiene una extensión de alrededor de 9000 kilómetros cuadrados y está situado a más de 3800 metros de altura.
Cuenta con más de cuarenta islas flotantes formadas en base a totora (una planta parecida al junco) habitadas por Los Uros, pobladores indígenas de la zona.
Se les acaban de añadir tres nuevos islotes situados en la comunidad de Sahuiña, a 10 kilómetros de Copacabana. Han sido bautizados como Pachacámac, los Yampus e Intihuata, están ubicados a 100 metros de la orilla y separados entre sí por unos 150 metros.
En cada uno se ha construido un mirador y algunas chozas de características similares a las fabricadas por Los Uros en las demás islas.
La polémica no ha tardado en desatarse, ya que algunos denuncian que la creación de los islotes ha sido motivada sólo por el afán de promocionar la región para ser votada en un concurso como maravilla natural del mundo y así atraer al turismo.
Por su parte, los habitantes de Los Uros lo consideran “un plagio a su ancestral identidad al ser herederos de historia, tradición y costumbres milenarias”.
Sin embargo, quienes han visitado algunos de estos islotes hablan de que los indígenas han dejado de vivir de la pesca para vivir del turismo y de la venta de artesanías.
El turismo no contenta a todos por igual, pero más allá de asuntos internos, quienes han navegado por las mansas aguas del lago Tititcaca y sus islotes aseguran que es una experiencia más que recomendable.
Vía | Hosteltur Foto | Corbis