No, no me he transformado en una crítica gastronómica. Es que leyendo por allí me entero que crece una nueva pasión en China: bailar salsa.
En una sociedad donde la demostración de las pasiones no está bien vista, y en la cual las mujeres deben asumir un papel sumiso, la explosión del baile latino ha despertado el lado de más sexy de chinos y chinas.
Quien se dé un paseo por aquellas lejanas tierras, y pueda más o menos combinar algunos pasos con un movimiento de hombros y caderas, tendrá un éxito social asegurado.
Con esa tendencia universal a generalizar, para ellos, todo aquel que no sea rubio, es latino y, por ende, sabe bailar salsa. ¡Cómo si fuera tan fácil !
Más o menos como creer que todos los argentinos juegan bien al fútbol, o que todos los españoles son toreros.
La salsa llegó a China de la mano de diplomáticos y empresarios latinoamericanos a finales de la década del 90. Cubanos, dominicanos, colombiano, panameños, sin encontrar un lugar donde "moverse a gustito", organizaban fiestas particulares e invitaron a sus anfitriones. Así comenzaron los primeros clubes en conocer los ritmos de la salsa,el merngue y el mambo se abrieron en Beijing y en Shanghai.
Hoy existen muchos locales donde se escucha, se aprende y se baila al son son de los ritmos latinos. Y miles (todo se mide en miles en China) de aficionados corren a calzarse las faldas apretadas y los zapatos lustrosos después del trabajo para soltarse la melena y explotar su lado más sexy.
Vía | Herald Tribune