Este año me voy a Verín a pasar los carnavales. Mis amigos gallegos me han convencido para ir a una de las fiestas medievales posiblemente más alocadas, con carsima y tradición de la península. El carnaval también es conocido en Galicia como el Entroido de Verín.
Por lo que me han contado, uno de los elementos principales del carnaval es la harina. Dicho elemento no precisamente se utiliza para amasar pan sino para mancharse unos a otros en medio de la plaza del pueblo convirtiéndose en una batalla campal.
Después llega el Entroido, una figura ancestral oculta tras una máscara y que, con látigo en mano, va arrasando a todo aquél que se interpone en su camino. Esta figura ancestral se remonta a los cobradores de impuestos de la época. No me quiero imaginar lo que podía pasar al osado que en aquellos tiempos se negara a pagar al señor feudal...
Hay desfiles de comparsas y la orquestra no para de tocar y tocar, día y noche, durante jornadas de comer y beber hasta la saciedad. Orujo, albariño, lacón con grelos, cabrito, empanada, vino de Monterrei, licor café... En fin, me viene resaca sólo de pensarlo...
Todavía no he estado y ya tengo ganas de repetirlo. ¡A la vuelta os lo cuento!
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Fotografía | Vieiros