Siempre decimos que al viajar tenemos la oportunidad de tomar contacto con otras culturas y de aprender de ellas. Para ello, lo mejor es asumir una posición de respeto hacia las costumbres del país que nos recibe, sabiendo captar las diferencias.
En el día a día de un viaje a un país de cultura totalmente distina a la nuestra, podemos “meter la pata” con cosas que para nosotros son comunes: como tomarse de la mano o darse un beso en público.
Supongamos que viajamos a Tailandia, si queremos dejar una buena impresión y evitar que el peso de la ley caiga sobre nosotros, deberemos mostrar absoluto respeto al Rey y a la familia real.
Es un tema que se lo toman muy, muy en serio por aquellos lares. El respeto al rey en Tailandia es absoluto, considerándose tabú cualquier crítica hacia él o su familia.
Existe todo un código protocolario en torno a su majestad, incluyendo evitar mirarle al rostro y postrarse en su presencia (en el caso que nos lo crucemos por alli). Incluso sus actividades se designan con un lenguaje especial que sólo puede aplicarse a él. Su carácter es divino, y de hecho la palabra tailandesa que significa Rey se aplica también para decir Dios.
Ni un comentario. Ni una palabra de más o en tono jocoso sobre el rey, su esposa o cualquier membro de la familia real tailandesa, ¡ por favor ! La policía está atenta y se han registrado detenciones de turistas por este tema.
Otro detalle a tener en cuenta: a las 8 de la mañana y a las 18 horas, suena una música. Estés donde estés verás que la gente se detiene y permanece quieta y atenta. Es el himno nacional al que se debe rendir respeto en silencio. Si sigues tu camino, nadie te lo echará en cara, pero es una muestra de buena voluntad y respeto, el detenerse unos minutos hasta que finalice la música.
Si te cruzas con el Rey Bhumibol Adulyadej o su señora esposa en una calle de Bangkok (bueno, todo puede ser) no podrás mirarle a la cara, por éso te dejo esta foto para que le reconozcas.
Vía | Virtual Tourist
Diario del Viajero | Tailandia y más Tailandia