Cuando uno levanta la mirada hacia el firmamento estrellado advierte con honda trepidación que el mundo es sólo una brizna de hierba o un grano de polvo vagando por un inmenso cosmos. Y que uno, en consecuencia, sólo constituye un átomo, incluso una simple partícula subatómica, frente a todo este espectacular decorado. Para que tengamos esa sensación siempre que queramos, la inciativa Starlight certifica los destinos turísticos con condiciones óptimas para contemplar las estrellas.
Amparada por la UNESCO y la Unión Astronómica Internacional, la iniciativa Starlight acreditan a los lugares que se comprometen a mantener un cielo sin contaminación lumínica. Estos lugares también se caracterizan en el hecho de que tienen al menos un 50 % de días despejados a lo largo del año.
En España tenemos lugares que encajan en las directrices de Starlight, como el Parque Astronómico del Montsec, en Cataluña, entre las comarcas de la Noguera y del Pallars Jussà. En La Rioja tenemos la Reserva de la Biosfera de la Rioja, que cubre el 25 % de la comunidad.
Otra decena de aspirantes están en trámites de ser incluidos en la lista de la iniciativa Starlight, como la sierra de Gredos Norte, el Teide, la isla de Fuerteventura, el parque extremeño de Montfragüe, la sierra turolense de Javalambre y el entorno del parque de Doñana.
Fuera de España
Si queréis salir de la Península, entonces no debéis perderos los siguientes lugares si lo que pretendéis es que la bóveda celeste se convierta en una obra de arte natural como el de la Capilla Sixtina.
Mauna Kea: está situado en Hawái. Si lo consideramos en su conjunto, es decir, teniendo en cuenta su parte sumergida, la montaña más alta del mundo es el Mauna Kea, un volcán hawaiano que emerge del Pacífico. En total: 10.205 m. La mayor parte, 6.000 m, están sumergidos. Atacama: situado en Chile, en este desierto sólo llueve 0,1 milímetros de agua de media anual, es decir, que es 250 veces más seco que el desierto del Sáhara, donde llueve una media de 25 litros anuales.
Cherry Springs State Park de Pennsylvania (Estados Unidos): en este parque natural aseguran que se puede contemplar incluso el núcleo de nuestra galaxia. Desde una altura de unos 700 metros se obtiene una vista de 360 grados del cielo.
Mont-Mégantic National Park de Quebec (Canadá): Está declarado como Reserva de Cielo Oscuro, y por tanto protegido de la contaminación lumínica de manera oficial. Valentia Island (Irlanda). Uno de los cielos más oscuros de Europa, en la costa oeste de Irlanda.
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