Viaje a Japon es la página web de un grupo de amigos que realizaron un viaje a Tokio en el mes de abril de 2005. En ella nos cuentan su experiencia en el país asiático y nos dan buenos consejos sobre cómo realizar el viaje, la comida, el dinero, el transporte, los tópicos, etc.
Uno de los apartados más interesantes es el de las visitas que hay que realizar, y las que no (a no ser que se disponga de mucho tiempo, claro). Y me parece interesante porque suele ocurrir que cuando viajamos a una ciudad por primera vez tenemos siempre una idea predefinida de aquéllo que merece la pena visitar. Y suele suceder también que siempre hay alguna visita que nos hubiésemos ahorrado, o que nos decepcionó por estar sobrevalorada. Lo mejor en estos casos es confiar en la experiencia de quien ya ha estado allí y goza de buen criterio a la hora de seleccionar. Como creo que éste es el caso, ahí van algunos consejos sobre qué ver y qué evitar en tu próximo viaje a Tokio, sobre todo si vas con el tiempo justo:
Qué Ver
- Kamakura. Situado a una hora de la estación de Tokio. Allí se pueden ver antiguos templos que sobrevivieron a la Segunda Guerra Mundial.
- Nikko. Está a 128 kilómetros de Tokio y contiene algunos de los templos mas espectaculares de la época Edo.
- Odaiba. Es la isla artificial de la bahia de Tokio, el Japón más futurista. Desde lo alto del hotel Le Meridien podremos contemplar una estupenda panorámica de la ciudad.
- Harajuku. Zona comercial y de reunión de la juventud, que destaca por sus vistosos y extravagantes atuendos.
- Parque Ueno y Museo Nacional. Es obligado visitar el principal parque de Tokio, y comer, por qué no, en alguno de los puestos de comida que se disponen en torno al lago. El Museo expone de manera extensa y meticulosa la historia y la cultura de la ciudad y del páis.
Qué no ver (a menos que tengas mucho tiempo)
- Hakone. Situado al oeste de Tokio, incluye el Parque Nacional Fuji-Hakone-Izu y el lago Ashinoko, desde el que se pueden ver hermosas vistas del monte Fuji.
- Palacio Imperial. No se desaconseja la visita del palacio en sí, sino la de sus jardines, similares a otros muchos repartidos por la ciudad, por lo que no merece la pena detenerse mucho en ellos.
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