El pareo: imprescindible en mi mochila

El pareo: imprescindible en mi mochila
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Si hay una prenda que me ofrece múltiples usos ésa es el pareo o sarong. Sea cual sea el destino de mi viaje, siempre llevo uno y siempre lo termino usando en distintas ocasiones.

Por lo general, viaja conmigo y no apretujado en la maleta o la mochila, porque desde el primer minuto fuera de casa, ya le encuentro algún uso.

El pareo o sarong no es una prenda para usar exclusivamente en la playa. Su versatilidad es tal que me ha acompañado (y lo sigue haciendo) en aeropuertos, vuelos, mercados, pistas de esquí, hoteles, templos o excursiones diversas.

El pareo es conocido en todo el mundo con distintos nombres: sarong, malo, pala-pala, kanga, etc. Y existen multitud de formas de atarlo. En algunos casos, como las islas de la Polinesia, cada isla o región tiene su “atadura” o estilo particular. Más abajo dejo un par de vídeos para aprender a atarnos un pareo, tanto mujeres como hombres.

En particular, además de usarlo alrededor de la cintura, del cuello o del pecho como vestimenta, le doy otros usos.

En ciertos ambientes cerrados, por el uso de aire acondicionado, el aire suele estar seco. El pareo que suelo llevar colgado al cuello me permite cubrir mi nariz y boca y generar un espacio más húmedo y tibio para suavizar esa sequedad de garganta que nos acompaña generalmente en aeropuertos y vuelos.

Durante un vuelo, hecho un ovillo en forma de ocho, es una excelente almohadilla para las cervicales y nos ayuda a dormir cómodamente.

En climas fríos o ventosos (un mirador, un paseo por la montaña) , nos protege el cuello, podemos subirlo hasta las orejas y hasta hacernos una capucha con nuestro pareo.

Para visitar ciertos templos, las normas exigen que las mujeres entren cubiertas. Que lleven mangas largas, o faldas que lleguen por debajo de las rodillas, o la cabeza tapada. Un pareo será la solución en esos casos, sin tener que cargar con chaquetas o pantalones largos por las dudas.

De hecho, hay templos (como el del Buda Reclinado en Bangkok) que tienen sarongs en la entrada para el uso de las visitantes.

Un pareo, ya sabemos, es el compañero ideal para ir a la playa. Es práctico, podemos usarlo tanto como vestimenta, toalla o para colocarlo sobre la arena y recostarnos. Además, los vendedores de pareos en las playas son personajes habituales y, en muchas ocasiones, generan un show con sus técnicas de venta.(ver vídeos abajo)

Cuando el sol castiga sin piedad, es un turbante, como en mi última visita a las ruinas greco-romanas de Empuries, este verano (¡hola! soy la de la foto del inicio).

Cuando la lluvia nos sorprende, un gorro improvisado, o hasta una capa que cubra temporalmente nuestras pertenecias hasta llegar a un refugio seco.

En alguna oportunidad usé mi pareo para envolver la almohada que me había tocado en suerte y que no presentaba muchas garantías de higiene. Y hasta de sábana.

Victoria y su pareo en Cadaqués

Alguna vez me he dejado tentar por un río durante un paseo, y después del chapuzón fuera de programa, fue mi toalla. Y hasta puede ser un bañador en caso de imprevisión.

Recuerdo un paseo por un mercado artesanal que fue la solución a todos los “regalitos” para el regreso. Y mi pareo sirvió de bolso adicional para cargar con las cosas que había comprado hasta llegar al hotel y tratar de meter todo en la maleta.

Si viajamos con un bebé, el pareo puede ser un sistema muy adecuado para llevarle cerquita nuestro, pegado a nuestro pecho como en muchas culturas del mundo.

De acuerdo a la necesidad e imaginación de cada uno, el pareo puede resultar un compañero de viaje ideal. Siempre a mano, se lava fácilmente y se seca muy rápido.

Vestido, turbante, falda, almohada, toalla, abrigo, capa, gorro, bañador y mil usos más.

Además un pareo da un toque elegante al estilismo más sencillo: sobre los hombros, colgando del cuello, anudado a la cintura, enroscado alrededor de la garganta. Los que me conocen, saben que siempre voy con un “trapo” adherido y que siempre le encuentro un uso. Especialmente cuando estoy de viaje: imprescindible en mi mochila.

Vendedores de pareos (y sus técnicas de venta)

Cómo atarse un pareo (hombres)

Cómo atarse un pareo (mujeres)

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