Aunque esta catarata no sea de las más altas del mundo ni de las más caudalosas, la experiencia de ir a ver el Salto el Limón, en la región dominicana de Samaná es una de las más peculiares y atractivas para un viajero. Acceder a esta cascada de unos 55 metros de altura es toda una aventura.
Situada en la República Dominicana, en la penínusula de Samaná, está escondida dentro de un tupido bosque tropical por lo que no cabe un acceso en vehículos a motor, y para llegar a ella es necesario hacer una travesía a lomos de burros, que salvan el terreno embarrado hasta llegar a su base.
El nombre de la cascada Salto el Limón se deriva de la comunidad donde está ubicada, la Comunidad del Limón en la sierra de Samaná. Esta Comunidad vive prácticamente de llevar y traer a los turistas a sus inmediaciones, así como de los servicios de cafetería y restaurante ubicados en la zona donde se alquilan los burros.
Acompañados siempre de un guía a pie que acompaña a cada burro
, --muchos de ellos, niños--, comienza el recorrido que dura aproximadamente 90 minutos, hasta llegar a la base de la cascada. En el trayecto, se suben y se bajan lomas y zonas abruptas y el viajero poco acostumbrado a ir con bestias siente en algunos momentos cierta angustia por los pasos estrechos.También se cruzan ríos y se recorren caminos llenos de lodo que hacen aconsejable el uso de botas de plástico tipo katiuskas, que se ofrecen sin coste al turismo. No es imprescindible pero sí recomendable su uso, ya que los que optan por llevar su propio calzado acaban con él empapado y deteriorado.
Tras el recorrido, se accede a una explanada desde la que se divisa la cascada y merece la pena acercarse, ya que es posible --y recomendable-- darse un baño en sus aguas. Imprescindible llevar traje de baño bajo la ropa para el viaje, ya que el calor y la humedad del ambiente acaloran al viajero que agradecerá darse un baño en tan increíble lugar.
Este espectacular Salto el Limón forma una preciosa cabellera cristalina de aguas blancas en la sierra de Samaná. En mi opinión, debe ser una excursión imprescindible para los que acudan a la República Dominicana ya que en esta excursión vivirán una aventura divertida y disfrutarán de una de las más bellas cascadas del mundo.
Tras el baño, a la hora pactada con el mozo que te acompañó durante el viaje de ida, se vuelve a subir al burro para regresar a la base. En el camino de vuelta se hace el mismo recorrido pero con más confianza, cruzando el río con seguridad. En ese lugar los acompañantes os ayudarán a asear el calzado que se habrá vuelto a enlodar para llegar finalmente con alegría al punto de origen.
Las personas que acceden a esta cascada son tanto dominicanos como turistas extranjeros de todo perfil, aunque abundan los ecoturistas y los turistas de bajo presupuesto, ya que ni el acceso ni el lugar en sí cuentan con infraestructuras de lujo ni comodidades. Sin embargo la vista y el baño, bien valen la pena.
Los visitantes de este Salto el Limón quedarán encantados con las vistas y con la experiencia del viaje. Aunque no sea un salto tan espectacular como el Salto del Ángel ni la experiencia sea tan impresionante como sobrevolar en helicóptero las Cataratas de Iguazú, la experiencia de realizar el camino en burro y el premio de las maravillosas vistas al llegar deja al viajero sin palabras.
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