Cuando sólo tenemos las ganas pero ni el tiempo ni el dinero, podremos "consolarnos" con viajar imaginariamente mirando alguno de estas réplicas en casa. Aunque, pensándolo mejor, tal vez sea peor el remedio que la enfermedad.
Aquí vemos un juego para armar nuestro propio Stonehenge Una vez terminado, podremos colocarlo sobre la chimenea, o en la mesita del recibidor o al lado de la pirámide de Keops que trajimos de aquellas vacaciones en Egipto
Hay casos peores.
Como esta casita para pájaros con la forma de la Torre de Pisa.
¿Es que acaso podremos resignarnos a verla colgada de una rama del pino del vecino que se cuela en nuestro jardín ?
¿ No sería patético desayunar cada día viendo como algún pajarito puede disfrutar de algo que nos queda tan lejano por culpa de la hipoteca ?
Me pregunto, ¿por qué una larga zaga de artesanos chinos se ha puesto a producir millones de estas casitas ? ¿Para mancillar el orgullo italiano?
Aunque seguramente también producen millones de casitas o pisapapeles o sujetalibros con la réplica de su Muralla, ¿verdad?
Como broche de oro, tenemos aquí al magnífico Coliseo romano convertido en una maceta.
Todos hemos visto pirámides mayas convertidas en pisapapeles, o imanes para el frigorífico con la forma del Partenón, etc. Después de todo, siempre alguno de esos "souvenirs" se cuelan en la maleta al regreso.
Quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra.
Vía | The Green Head