Debido a que son muy accesibles y muy cerca hay una aeropuerto, fundamentalmente, las cataras de Niágara, en la frontera de Estados Unidos con Canadá, son las cataratas más visitadas del mundo. Y también son la quinta atracción turística más popular del mundo, por delante de la Gran Muralla China, la catedral de Notre-Dame e, incluso, Disneylandia.
Sin embargo, al ver las cataratas de Iguazú, Eleanor Roosvelt llegó a exclamar: “Pobres cataratas del Niágara”. Y es que, a pesar de que Niagara Falls recibe 22.500.000 visitantes al año, no son las cataratas más altas del mundo: solo miden 50 metros (aunque su caudal sí sea impresionante, pues el 20% del agua potable del país procede de aquí). De hecho, hay 500 cataratas aún más altas que las del Niágara.
La catarata con el salto de agua más alto del mundo es Salto Ángel, en Bolívar, Venezuela, que tiene una caída ininterrumpida de 807 metros. Es también la catarata más alta del mundo porque combina ese salto individual con una serie de cascadas inclinadas hasta alcanzar los 979 metros de altura. Nada menos que una columna de 1 kilómetro de altura.
El Salto Ángel es una de las mayores atracciones turísticas de Venezuela, pero incluso en la actualidad, un viaje a las cataratas no es un asunto simple, debido a que la zona se encuentra aislada por la espesa selva, y los tepuyes (una clase de mesetas especialmente abruptas, con paredes verticales y cimas muy planas) hacen peligrosa la navegación aérea. Este salto fue la inspiración de la ficticia selva en la película del año 2009 de Disney Pixar galardonada con dos premios Óscar, Up. La del abuelo que sale a volar desde con su casa gracias a un puñado de globos.
Por orden de tamaño descendiente, luego viene la catarata Tugela (948 m, KwaZulu Natal, Sudáfrica), Tres Hermanas (914 m, Junín, Perú), Olo´upena (900 m, Hawái) y Yumbilla (896 m, Amazonas, Perú).
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