Si te atraen las maravillas naturales, eres de los que prefieren la montaña antes que el mar, y te apasiona la pintura y la fotografía, te va a fascinar este destino al que algunos llaman las montañas arcoiris, pero que yo bauticé como "las montañas de colores". Se trata del Parque Geológico Zhangye Danxia, situado a unos 50 kilómetros de Zhangye, ciudad de la provincia de Gansu, al norte de China.
Este festival psicodélico de colores imposibles es 100% natural, formado a raíz de la estratificación mineral de diferentes pigmentos y los posteriores movimientos tectónicos que la sacaron a flote. No se trata, aunque a simple vista pudiera parecerlo, de ningún cuento chino inventado ex profeso para atraer turistas. Las formaciones abarcan tan lejos como la vista alcanza, y en la altura de ciertos miradores se extiende hacia todos los puntos cardinales. No es el único lugar del mundo donde se da este fenómeno, pero quizá si donde alcanza mayor magnitud.
Necesitarás abonar dos tickets a la entrada del parque: 40 yuanes (5€, la mitad para estudiantes) de la entrada principal, más 20 yuanes de los autobuses que recorren el interior del recinto, que son de uso obligatorio. Estos circulan ininterrumpidamente durante todo el día, deteniéndose sucesivamente en tres miradores donde podrás disfrutar tanto tiempo como desees. El mejor momento para acudir al parque es la puesta de sol, aunque ya te aviso de que te pelearás por un hueco contra cientos de turistas chinos: es inevitable si quieres presenciar el espectáculo, y es otro espectáculo en sí mismo, tómatelo como otra experiencia más.
Una vez llegues a Zhangye, tendrás que dirigirte a la estación de bus oeste (Zhangye tiene tres estaciones de autobuses y una de tren), donde deberás preguntar por el autobús que lleva a Danxia. Si permaneces en el parque hasta el anochecer puedes quedarte sin transporte público de vuelta, así que deberás rogar a los chinos del lugar que te lleven. Otras opciones son contratar un tour en Zhangye o ir en taxi, cuyo precio tendrás que negociar con esmero. Si estás recorriendo la Ruta de la Seda, este lugar te pilla de paso: ¡no te lo pierdas!
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