En este domingo fresquito de otoño español, me apetece lanzarme a volar por Nepal. Pero no un vuelo normal. No. Desplazarme en el aire entre algunos de los picos más altos de la Tierra con la sóla compañía de un halcón.
Si ya lanzarse en el vacío a aquellas alturas, sin mas motor que una vela y el viento debe suponer una prueba de valentía, imaginemos lo que será compartirlo con un ave rapaz.
Una experiencia única que se ofrece ya por aquellos parajes a quienes se llegan a Nepal con el afán de aventura suficiente como para hacerse amigo de un halcón.
La recompensa es múltiple: vivir la experiencia de un vuelo silencioso con la Naturaleza a tus pies, y tener la visión desde los ojos mismos de un ave, en sus dominios. Compartiéndolos.
Vía | Ilustrae Video | Youtube En Diario del Viajero | Viaje a Nepal y Norte de la India: recomendaciones de la casa