Desde que se abriera la ruta ferroviaria entre Beijing y Lhasa, en el año 2006, muchos turistas eligen esta vía para llegar al Tibet.
Como hemos mencionado en un post anterior cuando hablamos de los consejos para visitar el Palacio de Potala, en Lhasa, hay varias clases disponibles.
La población general sólo tiene acceso a los llamados "hard seat". Simples asientos en los cuales vivir los 2 días del trayecto desde la capital china.
Desde Guanghzou o Shanghai, el camino es aún más largo.
Veamos de qué se trata estos "hard seats" gracias a la cámara de un turista que se paseó por los vagones "populares".
Y la llegada a Lhasa.
Por unos 100 euros, los turistas occidentales tienen la opción (económicamente inalcanzable para la población china) de viajar en una cabina con dos literas.
Aquí dejamos un vídeo casero de una pareja alemana que hizo este trayecto en el 2006.
Las cabinas cuentan con provisión de oxígeno adicional, a disposición de los pasajeros que lo requeiran a medida que el tren va ascendiendo. Recordemos que Lhasa se ubica a más de 3.500 metros de altitud.
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