En esta oportunidad es nuestro lector Eduardo De Winter (infoviajero) quien decidió enviarnos su relato viajero para contarnos sobre su experiencia en dos ciudades de la India.
Se trata de su viaje a Agra y a Jadhpur ocurrido en 2008 y que aquí narra con mucho sentimiento:
Por motivos laborales tuve la oportunidad de viajar a la India. Así que el siguiente paso lógico era tratar de combinar las visitas profesionales con lugares que me atraían como viajero. Hoy me gustaría acercaros a dos de estas ciudades, Agra y Jodhpur.
Mundialmente, Agra es conocida por ser la ciudad donde se ubica el Taj Mahal, así que casi todo viajero que llegue al país, intentará pasar por esta población en algún momento de su itinerario.
La ciudad en sí misma, no ofrece demasiado, y menos aún después de habernos maravillado con el Taj Mahal. El edificio es majestuoso, increíble, maravilloso. Aunque en realidad no hay adjetivos que lo describan con justicia. Pero lo que realmente me llegó, y es el recuerdo con el que me quedó, es el poder observarlo descansando en un banco de los enormes jardines que lo rodean. Una vez que conseguí librarme de todos los supuestos guías, permanecí allí, sentado, tan sólo admirándolo. Y, ante tal espectáculo, uno se llena de calma y quietud. En las fotografías tomadas tan solo se plantan imágenes, pero son esos momentos, esos sentimientos y sensaciones con los que me quedo. Realmente, el Taj Mahal, te inspira, te llena.
Desde la parte trasera del edificio, y apoyado en los muros que lo limitan, se puede ver el río Yamuna, y allí aprecié otra de las realidades de India. De la verdadera India. Un grupo numeroso de mujeres que se afanaban por lavar las ropas de sus familias, en las aguas del río y frotando las prendas sobre las rocas. Lo que para unos es lo habitual: poner la colada en nuestra lavadora, para otros es tan sólo un lujo inalcanzable, tan inalcanzable como la hermosura del Taj Mahal.
La "ciudad azul". Así es conocida Jodhpur, un destino de más de medio millon de habitantes y situada en Rajastan, junto al desierto del Thar. No esperaba gran cosa de este alto en el camino y, probablemente, por eso me gustó tanto.
Las casitas del casco antiguo se encuentran todas pintadas de azul, debido a la creencia popular de que esta tonalidad espanta a los mosquitos.Y justo sobre la ciudad antigua, alzándose sobre una colina, encontramos al Fuerte de Meheranghar.
Se trata de un fuerte que, como cuentan los guías, nunca fue conquistado a pesar de ser asediado en numerosas ocasiones, como atestiguan los cañonazos de algunas partes de las murallas. Tampoco cayó ante los ingleses, que tras 50 años de lucha, decidieron negociar con el marajá. Desde sus murallas, podemos observar la ciudad en todo su esplendor y, a lo lejos, donde la vista se pierde, pensar en las caravanas de camellos, cargados de especias y café, que atravesaban este sitio conocido como la "tierra de la muerte".
Agra y Jodhpur, dos ciudades, dos paradas en nuestro camino... que no defraudarán.
Eduardo De Winter (infoviajero)
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Fotos | Eduardo De Winter (infoviajero.es) en Flickr En Diario del Viajero | El viaje de...