El árbol que mata serpientes en India
Los árboles son iconos de lo bucólico y de la paz espiritual, pero también hay árboles de armas tomar. Sobre todo si viajamos a Kerala.
Sucede concretamente con el Analivega patta, que crece en el estado indio de Kerala, en sus frondosas selvas. Alrededor de estos árboles pueden encontrarse fácilmente decenas de esqueletos y cadáveres de serpientes.
Árbol sagrado
Según las tribus que habitan el lugar, el simple contacto de la serpiente con la corteza del árbol, aunque solo sea mínimamente, produce una parálisis y la muerte en pocos minutos del ofidio. Pero lo que resulta más extraño todavía es que las personas mordidas por serpientes venenosas sanan gracias a una sustancia que también obtienen de las entrañas del árbol.
Así pues, el Analivega patta es venerado por las tribus de Konnie Range que lo consideran un presente de la madre tierra. Aún hoy no existe confirmación científica del tipo de toxicidad que rezuma la corteza de este árbol o de su supuesto antídoto, pues encontrarlos es difícil y las tribus solo conocen 20 ejemplares que, además, están muy dispersos entre sí. Eso es al menos lo que dicen las tribus locales.
Kerala
Entre las principales atracciones turísticas del estado destacan sus playas, alguna de belleza especial como las de Kovalam o la de Varkala. Kerala tiene también estaciones de montaña como las de Ponmudi y Munnar, una ciudad y estación de montaña en el estado sudoccidental.
Kerala es un mosaico de idiomas, alfabetos, religiones y hasta formas de gobierno. El 90 por ciento de su población está alfabetizada, y todos los hombres, independientemente de su condición social, visten con una tela de dos metros que se enrollan a modo de falda y que doblan de diferente manera dependiendo del calor o de la formalidad de la ocasión. Kerala es como la Suiza de Asia.
También debe de ser el lugar de la Tierra con la mayor concentración de cocoteros, así que para protegerse del sol y del calor las construcciones suelen ser de menor altura que los cocoteros para servirse de la sombra de estos. Desde las alturas ni siquiera distinguiríamos ciudad alguna, solo una infinita alfombra de hojas de palma.
Kerala está tan íntimamente ligada al coco que incluso de la salvia de los brotes nuevos de la planta de coco fabrican un licor fermentado de fuerte aroma que se llama Toddy, cuya venta es legal si no supera los seis grados. El único aceite que usan en la cocina es el aceite de coco, y para tomar el sol también se untan de aceite corporal de coco. No usan ni el yogur ni la leche, solo la leche de coco. Todos los platos de su gastronomía contienen leche de coco o bien la carne del coco.
Y todos los platos se los comen con la mano, incluso el arroz o la salsa de vegetales, pero no por ritos o costumbres ancestrales sino porque entienden el tacto como un sentido más que añadir al acto hedonista de comer, aparte del gusto, la vista o el olor.