Bagan es sin duda uno de los enclaves más míticos del Sudeste Asiático. Un espectáculo inmóvil de más de 3000 construcciones religiosas en una zona de 41 kilómetros cuadrados (lo que la hace perfectamente accesible para pasear tranquilamente en bicicleta). Pagodas, templos y estupas dominan el paisaje en Bagan, situado en la árida meseta del corazón de Myanmar, 145 al sudoeste de Mandalay.
Tras siglos de erosión, robos, terremotos, incluido uno muy potente en 1975, lo que queda en Bagan es un lejano vestigio de lo que otrora fuese. Intentos de rehabilitación por parte del gobierno dictatorial de Myanmar han conseguido estropear aún más el legado (reconstruyendo como les venía en gana en vez de siguiendo los patrones originales), así como por otro lado han logrado recrear una idea aproximada de lo que fue Bagan en su época de esplendor, antes de que los mongoles les invadieran y cambiaran su historia para siempre.
Fotos | Juan Alberto Casado En Diario del Viajero | Myanmar: Descubriendo el Lago Inle
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Tuve que regresar una y otra vez al lugar donde tomé esta imagen. Desde la amplia terraza del templo llamado Pyathada Paya se tenían unas vistas espeluznantes. En el centro de la imagen se ve el templo llamado Thabeik Hmauk.
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La mejor manera de moverse por Bagan es en bicicleta. Eso sí, se pueden llegar a alcanzar temperaturas que hacen hervir la sangre, y los caminos de finísima arena, casi polvo, se vuelven en algunas ocasiones intransitables. Pero también se puede empujar la bicicleta a pie :) En la imagen, el templo Pyathada Paya.
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No todo en Bagan son construcciones de formas puntiagudas, también hay un mercado local simplemente fascinante. Según mi opinión, es de los más interesantes de Asia.
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Bagan es un lugar espectacular, y pese a estar en Myanmar, país exótico en el que podéis pensar que no va casi nadie, en Bagan hay muchísimo turismo. En Tailandia hay más turistas, pero aquí están mucho más concentrados, y en ocasiones puede ser agobiante, sobre todo en las puestas de sol.
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¡Ay! Las puestas de sol en Bagan, qué maravilla. En los momentos previos se respira un aire de paz y silencio cargado de emotividad. Es verdaderamente sobrecogedor.
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Hay varios templos que disponen de terrazas, que hacen las veces de miradores turísticos, y que son ideales para captar buenas tomas de Bagan sin tener que subierte a un globo. Los globos son otra opción muy común en esta zona, si tu presupuesto lo permite.
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Pero no todo está fuera de los templos. En su interior se respira religiosidad, multitud de peregrinos oriundos de Myanmar y monjes enfundados en sus rojos uniformes.
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Cada construcción es diferente de la anterior, e incluso algunas son de color blanco, como éste, llamado Thatbyinnyu Pahto, el más alto de Bagan con 61 metros de altura.
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Si te alejas un poco de los templos encontrarás gente local dispuesta a enseñarte sus quehaceres diarios, como fabricar tabaco. Atención al maquillaje que usan en Myanmar, porque todo el mundo lo lleva, se llama Thanaka y se hace triturando la corteza del árbol del mismo nombre.
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Los niños siempre usan Thanaka en la cara como protector solar, maquillaje y tratamiento para la piel. En Bagan aún se respira la verdadera Myanmar, cruzo los dedos para que el turismo de masas no cambie eso.