Las Pozas, aunque los lugareños se refieren a él como “El Jardín Inglés”, es un jardín tan colorido que al visitarlo parece que hayamos ingerido un secante de LSD, o que hayamos traspasado el espejo de Alicia en el País de las Maravillas.
Las Pozas es un delirio construido en la finca de Xilitla, a lo largo y ancho de 40 hectáreas de vegetación entreverada de cascadas y senderos. Todo este surrealismo ha sido levantado con cemento de Pórtland, a lo largo de veinte años. Algunas de las estructuras recuerdan a las ilusiones visuales que proyectaba Escher: escaleras que no llevan a ningún sitio, columnas que soportan el peso del aire, puertas al campo, flores irreales, estructuras góticas junto a estructuras egipcias…
Pero ¿de dónde ha salido un sitio así? Para saberlo, en primer lugar hemos de entrar en la trapisonda vida de Edward James.
La vida loca
El enloquecido catalán andaba lampando y James decidió ser su mecenas. Así empezó una historia de amistad tan especial que Gala se moría de celos cuando oía al escocés llamar a Dalí con apelativos cariñosos como “mon cher” o “petitou”.
James, además de Dalí, fue mecenas de artistas y escritores como Miró, Max Ernst, Paul Eluard, Aldous Huxley o Stravinski. Antes de abandonar Inglaterra en 1939, James acompañó a Dalí para conocer personalmente a Freud.
James continuó explorando el surrealismo. Construyó el sofá de los labios de Mae West, el teléfono de bogavante y una silla con los brazos en alto que parecen pedir socorro. Tras viajar por todo el mundo con su mascota, una boa constrictor, James encontró su lugar ideal en la jungla mexicana de la Huasteca potosina. Allí plantó miles de orquídeas exóticas, pero una helada arruinó más de 18.000, allá por el 1962. Entonces, James quiso construir la belleza de un modo que la meteorología no pudiera hacer nada en su contra:
Quedó fascinado por las cascadas del arroyo de La Conchita, en plena Sierra Gorda, al sur del estado mexicano de San Luis de Potosí. Lo decidió de casualidad: mientras nadaba desnudo, vio descender por la cañada una gran nube de mariposas monarca que cubrió el cielo, creyó que eran ángeles tutelares, de manera que compró 40 hectáreas de selva a 2 kilómetros de un pueblo cafetalero y decidió erigir su fantasmagoría.
Psicodelia en forma de jardín
Fotos | Wikipedia En Diario del viajero | El Jardín de Vrtbovská en Praga | El Jardín de El Capricho, una alternativa poco conocida al Retiro