Si algún día estamos paseando por las calles de Guayaquil, en Ecuador, descubriremos una imponente estatua en la plaza de la villa. Si leemos la placa identificaremos al tipo sentado en una silla (que en eso consiste la estatua) con el poeta José Joaquín Olmedo. Diseñado por el francés Jean Alexandre Falguière, a petición del Concejo Municipal de la ciudad de Guayaquil del año 1878
Sin embargo, esa estatua no pertenece a un poeta célebre. Bueno, sí que es un poeta célebre. Pero no es el poeta célebre que dice ser. En realidad, la estatua representa a Lord Byron.
La razón de este cambiazo se debe a que, al erigirse el monumento al héroe de la nación, los precios resultaban demasiado prohibitivos. Así que una fundición local les ofreció una ganga: una estatua de segunda mano del poeta inglés lord Byron. Tras hacer algunos retoques en la cara, la pusieron en la plaza haciéndola pasar por Olmedo. Y allí sigue: probablemente el único caso en el mundo donde la estatua no es realmente de quien nos dicen que es. Naturalmente, las autoridades locales y la alcaldía niegan que la estatua sea de lord Byron, pero la controversia sigue en pie, sobre todo porque la imagen poco se parece a la de Olmedo, y porque tampoco tenemos demasiadas imágenes de referencia para comparar ambos rostros.
Si queréis comprobarlo por vosotros mismos, la estatua está ubicada en el Malecón 2000 a orillas del Río Guayas, específicamente en la intersección de las calles Olmedo y Malecón Simón Bolívar.
Por su parte, Guayaquil también merece una visita por sí misma. Es la ciudad más poblada y más grande de la República del Ecuador. El puerto de la ciudad es uno de los más importantes de la costa del Pacífico oriental. Y toda la está rodeada por bosques naturales: al Oeste en la región costera, se extienden miles de hectáreas de Manglares.
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