En el corazón del Valle de Uco (Argentina), junto a la Cordillera de los Andes y a 1.100 metros de altura, la bodega Salentein construyó un novedoso complejo multidisciplinario donde confluyen naturaleza, arte, vinos, turismo, cultura y gastronomía.
Hablamos de Killka, bajo un enorme sol, cielo diáfano, aire cordillerano y, en pleno desierto mendocino. Un espacio cultural como muy pocos en el mundo que integran el vino con el arte en sus más diversas manifestaciones.
Se trata de un complejo artístico y cultural de más de 5.000 metros cuadrados, al pie de la Cordillera de los Andes, destinados a la exposición de arte, degustación de vinos, gastronomía, turismo, eventos sociales, esculturas, naturaleza e historia.
La Colección Killka está compuesta por una selección de obras de arte argentino de la segunda mitad del siglo XX, que mezcla artistas consagrados, representantes de la generación intermedia y nuevas expresiones locales. Entre las firmas grandes se destacan Rómulo Macció, el genial Antonio Seguí, Nicolás García Uriburu, Rogelio Polesello, la siempre vigente Josefina Robirosa y Marta Minujín, entre otros. A esto se suman algunas excelentes pinturas holandesas de los siglos XIX y XX.
Mención aparte merecen los altorelieves que adornan los muros de la Capilla que reproducen imágenes bíblicas.
La gastronomía en este complejo se luce con un restaurante con capacidad para 80 cubiertos, cuya propuesta se basa en platos elaborados con productos naturales de la zona en particular, y de la Patagonia Argentina en general.
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