Quien no haya sido niño (de cuerpo o espíritu) a lo largo de la década de 1980-90 no comprenderá en toda su amplitud el fervor que desprenden las siguientes palabras. Ahí va. Agarraos los machos. Ejem, ejem. LucasArts ha sido el Dios de la producción de entretenimiento audiovisual durante mi infancia y juventud, ya sea en forma de la saga cinematográfica Star Wars, las aventuras gráficas para PC de Monkey Island, Indiana Jones o Maniac Mansion o las épicas fanfarrias de sus bandas sonoras. Hasta salvo a los Ewoks de la quema, imaginad. Si queréis saber un poco más por qué considero estos videojuegos una parte importante de mi formación literaria, os recomiendo leer mi artículo ¿Los videojuegos, por fin, ya son literatura?
Por eso, si viajaba a San Francisco y no visitaba la sede de LucasArts, ligeramente genuflexo, y con los ojos lanzando chiribitas, como mínimo, entonces es que no había viajado realmente a San Francisco.
Según el judaísmo, el Monte del Templo, en Jerusalén, es el lugar a partir del cual se esparció la población mundial, el lugar más próximo a Dios, y el punto de oración más importante. El equivalente de los musulmanes es La Kaaba, la pequeña construcción cúbica de La Meca. Mi equivalente era LucasArts. Así que ya podéis imaginar que me sentía como una suerte de peregrino del entertainment.
Presidio
Históricamente fue una zona fortificada desde que en 1776 los españoles hicieran de él su centro militar para su expansión en la zona. Pero ahora se ha convertido en un lugar precioso para vivir, ligeramente aislado del centro de la ciudad, sí, pero a la vez conectada con ella visualmente. Fue George Lucas, creador de LucasArts, quien se encargó de hecho de rehabilitar la zona cuando las autoridades de la ciudad decidieron desmantelar la cárcel militar que da nombre al barrio.
La fuente de Yoda
Sus ojos de batracio, su boca de barbo, su expresión venerable y sabia. Todo estaba allí, en aquella estatua. Nuestra única intención peregrinando hasta allí era sencillamente ver la fuente, pues a la plazoleta tiene acceso cualquier paseante del parque. Hacernos cuatro fotos, mirar un poco la fuente, echar un vistazo a través de los ventanales del edificio, imaginando que quizá en ese justo instante se concebía algún proyecto maravilloso. Con eso nos bastaba. Lo que nunca imaginé que podía ocurrir es lo que justo ocurrió después.
Colándonos en LucasArts
Lo que pasó es que me asomé a la puerta de cristal de acceso al hall, y pude divisar que en hall estaba plagado de objetos, figuras y trajes a escala real de las producciones de Lucas, sobre todo Star Wars e Indiana Jones. Pensé en hacer fotos a través de los cristales. Pero entonces vimos cómo una madre llegaba con su hijo pequeño y trasponía el umbral de la puerta para dirigirse a los baños, cuya puerta estaba al fondo del hall. Comprobé que la recepcionista no parecía molestarle que esa mujer entrara.
Creo que lo mejor es que las fotos hablen por sí solas.
Fans de LucasArts, como el que suscribe, recibimos como un jarrón de agua fría la adquisición de la empresa por parte de The Walt Disney Company el 30 de octubre de 2012. El 3 de abril de 2013, es decir, hace nada, fue anunciado el cierre, cancelándose el desarrollo de los últimos videojuegos. Al menos me alegra haber podido visitarlo unos meses antes.
Fotos | Sergio Parra En Diario del Viajero | Instantáneas de California