No se trata de los primeros informadores virtuales del mundo, y tal vez sea un signo de que funcionan más o menos bien, a pesar de lo que podría pensarse en un primer momento. Los aeropuertos de Nueva York incorporan hologramas para informar a sus pasajeros.
Desde luego esta imagen con forma de mujer, a diferencia de los comunes mortales, estará disponible a todas horas. Responderá ciertas preguntas y puede indicar cómo facturar, cómo tomar un vuelo de conexión o qué documentos se necesitan para embarcar. Se llama Ava (Asistente Virtual del Aeropuerto) y ayudará a los pasajeros en tres aeropuertos de Nueva York.
Se trata de un programa piloto que se pondrá en marcha a partir de julio, con asistentes virtuales para informar a los más de 100 millones de pasajeros que reciben cada año.
Por suerte, el personal de carne y hueso no se verá desplazado por estos avatares (que por otro lado resultan muy caros), ya que el proyecto incluye aumentar en un 20% la cantidad de empleados que trabajan en las terminales aéreas.
Pero que no canten victoria, porque si el programa piloto es exitoso, las autoridades portuarias tienen previsto llevar a los avatares a más terminales de cada aeropuerto.
Ya sabéis, si en los próximos meses necesitáis información básica en la terminal principal del aeropuerto de LaGuardia, en la terminal B de Newark o en la terminal 5 del John F. Kennedy, tal vez sean estos avatares quienes os la proporcionen.
Otros aeropuertos en el mundo han probado estos hologramas virtuales, como el de Orly en París o el de Manchester, en Edimburgo o en Barajas, aunque desconocemos si con mayor o menor fortuna.
La verdad es que toda esta automatización da un poco, no sé si de miedo o de nostalgia. Ya hay robots que llevan tus maletas en los aeropuertos, que te atienden en la recepción de un hotel, guías turísticos robots en puntos de interés y que chatean contigo (bueno, lo intentaban) para informarte sobre el destino.
Llamadme clásica, pero, si antes no he resuelto mis dudas por internet, mejor voy a la oficina de información (cruzando los dedos para que allí no me reciba un robot).
Eso sí, si me topara con alguno de estos hologramas que informan a los pasajeros en los aeropuertos me acercaría con curiosidad, me haría alguna foto junto a ellos, pero si precisara algún dato concreto no creo que me lo pudiera ofrecer, pues en principio poco pueden interactuar.
Por supuesto, "dialogaría" con ellos probando sus aptitudes y os lo contaría como hice con aquel diálogo de besugos con Lucía, la guía turística "fallida" sobre Andalucía.
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