Si bien la gastronomía brasileña es muy sabrosa y los platos cambian de acuerdo a la región, no se podrá abandonar el país sin probar su plato nacional: la feijoada.
Cuenta la historia que este guiso nació como un plato de pobres cuando, los esclavos negros procedentes de África, rescataban entre los restos que dejaban sus amos, diversas sobras de carnes y ellos las mezclaban con frijoles, uno de los pocos alimentos a los que tenían acceso.
Así, en los senzalas, que eran los hogares de los esclavos negros, se reunía todo lo que había podido recuperarse de los desperdicios y se comenzaba con la preparación en grandes cacerolas.
Es por ello que son muchos quienes consideran a la feijoada como uno de los primeros símbolos de la identidad nacional brasileña y, por ello, es ahora el plato nacional.
Ingredientes
Al tratarse de un plato que nació entre la pobreza, sus ingredientes eran, básicamente, aquellos con los que se podía contar.
Pero, sin dudas, los infaltables son los frijoles o alubias negras, carnes ahumadas y saladas y embutidos, algunos también le agregan verduras. Todo ello suele acompañarse por arroz y naranjas.
En tanto, para darle sabor, en la cocción también se agregan cebollas, ajo, sal y laurel. Otros también le colocan tomate, vinagre, cebolla de verdeo y ají o chile. Todas variantes que van en el gusto y las costumbres de quien prepara la feijoada.
Tradición
En Brasil, este plato suele comerse los días miércoles y sábados. Es así que durante esos días los restaurantes los ofrecen en sus menúes y las familias lo preparan en sus propias casas.
En tanto, por tratarse de un alimento de bajo costo, cuyos ingredientes son accesibles y muy sabrosos, la feijoada la disfrutan desde las clases más bajas hasta las más altas sin distinción.
Pues ya sabes qué es lo que debes pedir en Brasil para probar un poco de su historia con mucho sabor.
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