Esta fotografía no corresponde a un mosaico o un collage artístico con aspecto de panal metálico, sino al interior del puente más famoso del mundo, una de las estructuras más reconocidas y presentes en nuestra mente aunque no la hayamos pisado.
Es un corte transversal en uno de los cables principales que lo sustentan, y probablemente si comento que cada uno de los cables mide 2231'7 metros y en su interior hay un total 128.748 kilómetros de alambre, no nos aparezca con claridad de qué puente estamos hablando.
Sin embargo, si os digo el color que más destaca de este puente, probablemente ya lo sepáis: es rojo.
Efectivamente, estamos hablando del Golden Gate de San Francisco, en las inmediaciones del cual, en un parque con vistas a la bahía y al puente, se puede ver como escultura este trozo de cable.
Sin duda, ideal para el recuerdo fotográfico de este gigante arquitectónico que asoma, entero, por detrás, uniendo la península de San Francisco por el norte con el sur de Marin.
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