Las montañas se alzan orgullosas y los montañistas las ven como un verdadero desafío. Un desafío en el que se esconden diversos peligros que pueden llegar a costar la vida. Y ello fue lo que le sucedió, en 2009, a la deportista italiana Elena Senín a quien hoy se recuerda con un refugio en su nombre.
Claro, es que luego del accidente en el que falleció junto al guía de montaña, sus padres prometieron recordarla en el lugar que ella intentaba conquistar y así donaron el refugio Elena del Cerro Aconcagua que se ha convertido, así, en el más alto del mundo.
Es que el lugar se alza a 6 mil metros de altura, en la zona llamada Plaza Cólera. Un lugar en el que se reúnen dos senderos de ascenso. Un lugar estratégico para resguardar a todos aquellos que vayan camino a la cumbre del pico más alto de América.
De este modo, el refugio también funcionará como centro de atención de emergencias por lo que, luego de un concurso en el que se presentaron diferentes propuestas, resultó elegida la del andinista y estudiante de ingeniería Heber Ferri quien pensó en una construcción realizada con “paneles de cámaras frigoríficas, de forma facetada para resistir los feroces vientos de altura”.
Pues ahora, el Aconcagua ofrece a todos quienes lleguen hasta allí intentando conquistarlo, un nuevo refugio con el nombre de una mujer que lo intentó y no lo logró.
Vía | Clarín Foto | Flickr de longhorndave En Diario del Viajero | Las 7 maravillas naturales de Argentina, Volar sobre el techo del mundo