Objetos bastante insólitos, como una prótesis de pecho (?) y dentaduras postizas, o los más predecibles y probablemente sufridos por más de uno de nuestros lectores viajeros, los cargadores de teléfono móvil o alguna prenda de ropa, se encuentran entre los olvidados en hoteles y nunca reclamados.
Un estudio realizado en España en los hoteles Holiday Inn y Express by Holiday Inn revela que el viajero es un ser olvidadizo, descuidado e incluso, en ocasiones, imprudente. Una casita de perro, básculas de peso, cazos de cocina, botas de vino, fundas de almohada, libros, medicinas, bolsas de aseo, pijamas, peluches, botellas de alcohol...
Cómo no, los juguetes eróticos forman parte de este universo de objetos olvidados, dando fe también de que la pasión llega a las habitaciones pasajeras de un hotel.
Incluso objetos valiosos como relojes, teléfonos o todo tipo de joyas se olvidan y no se reclaman, lo cual me resulta bastante incomprensible.
En muchos hoteles los objetos perdidos se guardan durante un periodo de entre 3 meses y un año con una referencia al número de habitación y a la fecha de salida, de modo que el cliente pueda reclamarlo, pero aún así muchos de estos objetos quedan sin dueño.
Que yo sepa o recuerde, nunca me he olvidado nada en un hotel (sí en un avión...), pero desde luego ahora más que nunca recordaré echar un segundo vistazo por todos los rincones de la habitación... ¡Y recordadlo vosotros también si no queréis que se descubran vuestros secretos!