No existe, en ningún país del mundo, una clasificación o legislación en materia hotelera que acredite de manera oficial los hoteles de seis y siete estrellas. Esa categoría, que se autoatribuyen a sí mismos los hoteles que la detentan, no es más que una intencionada, y quizá poco ética, manera de destacarse sobre el resto de alojamientos de la zona.
Que un hotel se autocalifique como siete estrellas es en cierto modo pretencioso, pero cumple el objetivo publicitario de influir en la mente del cliente con una apariencia de calidad suprema que puede o no tener realmente.
Ya les hemos hablado aquí en ocasiones de los hoteles de siete estrellas que existen en el mundo. Los tenemos en el Caribe, en Estambul o en Milán, y en China no se quieren quedar atrás en la carrera de las estrellas. Asi que próximamente abrirá en Hangzhou un nuevo hotel de esta categoría "ficticia". Estará terminado para 2011 si todo marcha como tienen planeado.
No obstante, les aconsejamos que vayan con cuidado si deciden optar por uno de estos alojamientos de superlujo, y sepan que nadie avala oficialmente aquello de lo que presumen.
Vía | A luxury travel blog