Pasados los días, y leyendo todas las circunstancias que rodearon al terrible accidente que sufriera el vuelo de US Airways al caer al río Hudson en pleno centro de Nueva York, no podemos dejar de pensar en el final feliz del mismo en otros términos: un milagro.
Al inequívoco hecho de sobrevivir a un accidente aéreo (de por sí ya muy improblable), debemos sumar la potencial tragedia de caer sobre una ciudad populosa como la Gran Manzana, lograr “aterrizar” sobre el agua y la temperatura ambiente y del propio río que hubiera hecho imposible sobrevivir si no se se hubiera contado con ayuda inmediata.
En este vídeo tenemos los primeros instantes del avión caído sobre el río Hudson. Una vez más, mirando estas imágenes no puedo dejar de pensar en toda la ayuda (humana, terrenal y de la otra) que estuvo allí para vencer el fino hilo que separa una tragedia de una anécdota.
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