El pasado fin de semana, se puso en marcha por tercer año consecutivo la Vigilia de las Ballenas con una transmisión en directo por internet.
Contando con las varias horas de diferencia entre ambos puntos del globo, me dispuse a "presenciar" desde la pantalla del ordenador un espectáculo que en alguna oportundad tuve la fortuna de vivir allí directamente.
Las imágenes no llegaban a pintar la belleza del lugar, tal vez porque el invierno está pegando duro por aquellas latitudes y el cielo se veía un poco gélido. Las caras y vestimenta de las personas que se paseaban por allí, lo demostraban. Sin embargo, me alegró ver la cantidad de gente que se acercó a Península Valdés para ser testigos de una maravilla natural que se repite año tras año.
Una de las cámaras estaba ubicada de tal forma que se veía perfectamente el perfil de los acantilados de la costa de la península que rodean la pequeña población de Puerto Pirámides, la única de toda el área protegida de la Península Valdés. Desde allí salen normalmente los barcos para hacer los avistajes en las aguas del Golfo Nuevo.
Estuve bastante tiempo conectada y, además de revivir la experiencia de sentir el viento patagónico sobre los acantilados, y maravillarme por la fuerza de la Naturaleza al natural, poco ví. Pero por lo visto no he tenido suerte ya que las ballenas fueron llegando y dieron tu acostumbrado espectáculo a los testigos presentes y los "virtuales".
Este año se ha triplicado la visita de personas interesadas en ver a la famosa ballena franca a su llegada a estas aguas para procrear y criar. La ballena es una especie protegida y ha sido declarada Monumento Nacional por las autoridades argentinas.
La transmisión en vivo por internet de la llegada de las ballenas superó las 500.000 visitas al sitio web. Muchas de ellas desde destinos tan lejanos como Jordania, Irak, San Marino, Vietnam, Islas Británicas Vírgenes, Guayana Holandesas y Francesa, Togo, Islas Caimán, Islandia, Qatar, Fiji, Ruanda, Yemen, Bangladesh y Mongolia.
Con las herramientas que brindaba la página de la transmisión, se han enviado 10 mil postales electrónicas para invitar a amigos a ver el espectáculo y se publicaron 140 comentarios multimedia donde los visitantes compartieron sus experiencias en vivo con las ballenas.
Los organizadores de esta transmisión debieron pasar bastantes apuros para la producción previa, instalación del equipo y demás. Recordemos que, además de ser una zona protegida, la geografía del lugar los enfrentó abastanes desafíos. Hay un vídeo del backstage bastante interesante donde se ve la parte "humana" de un tema como éstos. Les dejo aquí el enlace.
Este año, el espectáculo natural contó con la participación del músico argentino Javier Calamaro, quién en una experiencia inédita realizó un concierto subacuático al sumergirse en una cápsula submarina, especialmente diseñada para la ocasión, para cantar 13 canciones representativas de la música nacional a 7mts. de profundidad. En este enlace pordrán ver los vídeos de las pruebas y ensayos para lograrlo. Y aquí el resultado final:
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