Si algo destaca y sorprende nada más entrar a los jardines de Versalles son sus espectaculares fuentes y estanques. Pero incluso la visita a estos jardines puede ser más bella de lo habitual, pues normalmente las fuentes están apagadas. Existe un espectáculo llamado las Grandes Aguas Musicales (les Grandes Eaux Musicales) que sólo se puede disfrutar determinados fines de semana a unas horas muy concretas.
Este año 2008 las grandes aguas tienen lugar los fines de semana del 22 de marzo al 6 de octubre. El sábado tuve la suerte de asistir a este espectáculo, que ha mejorado en mucho mi recuerdo de los jardines de Versalles, pues en la anterior ocasión que los visité todas las fuentes estaban apagadas.
El espectáculo muestra las fuentes de Versalles, más grandes y más pequeñas, a pleno funcionamiento. El sonido del agua se mezcla con la música que inunda todos los jardines. Ese sonido te transporta al siglo XVII y puedes imaginar las damas y cortesanos paseando por los jardines con sus suntuosos trajes de época. Todo un sueño de grandeza del Rey Sol hecho realidad.
No es de extrañar que el espectáculo de aguas sea algo ocasional, pues cada hora que las fuentes están en marcha se consumen 4500 metros cúbicos de agua.
El funcionamiento de las fuentes goza de éxito entre sus espectadores desde sus orígenes en tiempos Luis XIV. Ahora se suma la música para dotar al momento de mayor majestuosidad y belleza. Además, cada fuente, cada rincón, cada estatua, parecen revivir con una música especialmente dedicada a ellos. Distintas sensibilidades para el mármol, para el oro, para los cipreses... Diferentes piezas para cada lugar.
Por la mañana el espectáculo tiene lugar de 11 a 12. Por la tarde, de las 15'30 a la 17'00 horas y un último encendido del impresionante Estanque de Neptuno como broche final, 10 minutos de 17'20 a 17'30. La música clásica inunda cada rincón, y cualquier lugar es bonito para detenerse, pero aquí van algunas recomendaciones que no deberíamos dejar pasar.
La perspectiva general ("gran perspectiva") de las fuentes, en la línea que va desde el Palacio a los inmensos estanques en forma de cruz (el Gran Canal), es espectacular y lo primero que veremos al entrar a los jardines. Destacan aquí las fuentes de Latona y Apolo. Sorprende la grandeza del terreno, 850 hectáreas de parques y jardines. Pero justo a los lados de este eje central se esconden diversos bosquecillos y parquecitos, a derecha e izquierda, con mucho encanto.
Los más bonitos con las fuentes encendidas (aunque a mí no me dio tiempo a verlos todos) son el Bosquete de la sala de baile (Bosquet de la Salle de Bal), con su cascada escalonada. El de la Columnata (Bosquet de la Colonnade) con sus pequeños surtidores dispuestos entre los arcos y columnas o el de las Tres Fuentes (des Trois Fontaines) también hay que disfrutarlos.
El Bosquet de l'Encelade también es preciososo, de lo que más me gustó. Destaca la figura dorada del titán Encelade que emerge de entre las rocas que él mismo apiló para subir hasta el cielo y que le van a servir de tumba según la leyenda mitológica.
Además, es espectacular la bajada que va de la fuente de las Pirámides y el Baño de las Ninfas al Estanque de Neptuno, un anfiteatro acuático salpicado de lanzas y surtidores varios. Desde este enlace se puede consultar el plano de los jardines para planificar nuestro recorrido y no perdernos detalle.
Las aguas musicales también fluyen en su versión nocturna algunas noches de julio y agosto. Debe de ser precioso observar el espectáculo con las fuentes iluminadas por las luces. Se puede consultar los días de celebración de los espectáculos nocturnos desde aquí.
Si nos detenemos en los aspectos técnicos, tenemos que el sistema hidráulico que sigue haciendo posible este gran espectáculo es igual que el de 1666, fecha de su creación. Una red de 30 kilómetros de canalizaciones de plomo, estanques de drenaje y bombas que son supervisada hoy día por un equipo de 8 fontaneros.
La música que oiremos es de distintas piezas de autores como Lully, Desmarest o Rameau, interpretados por el conjunto clásico del director francés apasionado del Barroco, Christophe Rousset, autor, entre otras, de la banda sonora de la película Farinelli. Cómo no, el CD con la música que se escucha en estos jardines se puede adquirir por 15 euros en las tiendas de los Museos Nacionales Franceses, incluidas las de Versalles.
La entrada a los jardines es independiente de la entrada al Palacio, y los días de las Aguas musicales cuesta en tarifa plena 8 euros. Existe una entrada completa que combina transporte desde y hacia París junto a la entrada a palacio y jardines denominada Forfait Loisirs Chateau de Versailles. Además, tiene la ventaja de que no hay que hacer las largas colas que se forman para comprar la entrada o para entrar al palacio.
Mi recomendación es no perderse el espectáculo por la mañana, antes de entrar al Palacio, pues también será cuando menos gente encontremos. Yo no me quedé hasta ver las aguas musicales por la tarde, ya que me esperaba el barrio parisino de Montmartre, y además la visita al Palacio se hizo agotadora, pero disfruté de lo lindo por la mañana. Mi próximo objetivo, las aguas nocturnas. Para el próximo viaje a Versalles...
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