Aunque la Antártida parece que todavía no se resiente, lo cierto es que son ya muchas las voces que alarman sobre las nefastas consecuencias que para el planeta tendrá el cambio climático si no tomamos conciencia del problema e intentamos atajarlo para minimizar lo más posible sus efectos, que ya de por sí son irrefrenables e incontenibles.
Ciudades como New York o Miami, por citar tan sólo dos ejemplos, quedarían parcialmente sepultadas bajo las aguas. Eso por no hablar de las cantidad de fenómenos naturales, flora, fauna y parajes paradisíacos que desaparecerían. Contra algunos de esos cambios podemos y deberíamos hacer algo, pero hay otros contra los que nada se puede hacer, porque están ya en la naturaleza propia de la Tierra, que lleva millones de años en constante cambio.
Por ello, parece que se han puesto de moda en los últimos tiempos las listas de destinos turísticos en peligro de extinción, y cada vez son más los viajeros tomando posiciones para no llegar demasiado tarde a la función. Un tipo de turismo al que se le ha denominado turismo de urgencia o turismo urgente, y que podría resumirse en la frase "o lo ves ahora o no lo verás nunca". Son muchos los parajes o enclaves turísticos que se han ido deteroriando por el cambio climático, el paso del tiempo o la afluencia masiva de visitantes por lo que se están imponiendo cada vez más limitaciones a su visita, como en el caso de las islas Galápagos, Machu Picchu, Taj Mahal, la Gran Muralla China e incluso la Catedral de Santiago.
Este tipo de turistas se plantean, por ejemplo, visitar el glaciar 'Perito Moreno' (en la fotografía) en la Patagonia argentina antes de que desaparezca, pese a que es más que probable que no se lo plantearían de no estar en peligro de extinción. Y es que lo que me choca de esta nueva moda. Que piensen antes en la urgencia de visitar todos estos hermosos parajes que en la necesidad de ponerle freno a esta situación.
Vía | Atrapalopuntoblog Fotografía | advencap Más información | El Blog Salmón