La publicidad llega a todas partes, también en los aviones. Algunas veces una publicidad bien hecha puede generar grandes beneficios y a la par ofrecer un estilo estético del agrado de todos. No obstante, los beneficios y el gusto estético no siempre van juntos de la mano. En el mundo de la publicidad siempre se busca chocar al espectador para que recuerde esa imagen o esa idea. Por desgracia, eso pocas veces tiene que ver con un bonito diseño para gusto del espectador.
Por los cielos los halcones y las águilas deben taparse sus pobres ojos avizores. Existen Kittis, salmones, BigMacs, Pandas, Homer Simpsons y otros diseños de mal gusto volando impunemente por los cielos. Si ese dolor visual abarata los precios al usuario, perfecto, pero dudo que las compañías nos recompensen por esa contaminación visual que esparcen por los aires.
Vía | Fogonazos