Todo el mundo ha pasado por ello. Encontrarte en un largo viaje de autocar y no poder parar para expulsar la cervecita que tomamos hace apenas una hora. Esperamos la siguiente parada y nunca llega. También útil para excursionistas y alpinistas para esos momentos en que ni los osos polares son capaces de salir del saco y abrir la tienda para ir a orinar.
Los alemanes de Roadbag han inventado la solución para eso. Se trata de un pequeño receptáculo al estilo cantimplora desechable especial para la orina. La diferencia con cualquier botella de plástico es que hay en su interior una especie de elemento químico que solidifica la orina para que así no se desparrame o gotee donde no debería.
Para las chicas no parece muy útil pero si usáis este aparato junto con el shewee que hace pocas semanas comentábamos puede ser la monda! Si alguna osada prueba tal peripecia -sólo apta para profesionales del cirque du soleil- ¡que nos lo comente!