Siempre es lamentable perder un ícono de una ciudad. Y ésto ha ocurrido con uno de los monumentos más queridos para los británicos: el barco Cutty Sark, devorado ayer por el fuego.
Quizás uno de los últimos supervivientes de la clase clipper de los veleros (junto con la Fragata Sarmiento), fue construido en 1870 y se mantuvo en servicio comercial hasta 1922. Se encontraba ahora en dique seco en un muelle de Greenwich, Londres, donde estaba siendo restaurada.
Originalmente cubría la "ruta del té" entre el Mar de China y la capital del Imperio Británico. Protagonizó una carrera espectacular con otro velero de su mismo tipo, el Thermophylae (que terminara sus días en la Marina portuguesa en 1906).
El 18 de Junio de 1872, salieron ambos barcos desde Shangai con la mira puesta en Londres y en batirse uno al otro (pertenecían a dos grandes empresas navieras y productoras de té en constante competencia). Pero 2 semanas más tarde, el Cutty Sark pierde su timón después de pasar por el Estrecho de Sunda (entre Java y Sumatra) y rompe sus ilusiones de ganar la carrera. El Thermopylae llega a Londres el 18 de Octubre, después de 122 días de travesía. Pero el Cutty Sark contínua en camino, con un timón improvisado, y llega una semana más tarde, logrando una hazaña por la que fue siempre recordado.
Cuando aparecieron los barcos a vapor, los veleros dejaron de ser económicamente rentables. De todas formas, siguió prestando servicios en la ruta de la lana (hacia Australia) y llegó a batir el récord de velocidad para veleros de su tipo con aproximadamente 15 nudos (unos 27,50 kilómetros por hora).
Después de brindar servicios a una empresa portuguesa entre 1895 y 1916, pasó una temporada en Sudáfrica para ser comprada en 1922 por el Capital Wilfred Dowman quien la restauró para ser usada para entrenamiento marinero. Desde 1954 se encontraba en Greenwich y era, hasta ayer, un museo flotante que inspiró novelas, películas y servía cada año de mojón para la maratón de Londres.
Info | Diario Clarin